La suba de los costos por la devaluación cambia las reglas y terminará perjudicando a los pacientes, advierten especialistas.
Las cuotas de la medicina privada podrían aumentar hasta 80 por ciento desde febrero para unos 320.000 usuarios, como consecuencia de distintos factores que apuntan a recuperar el «retraso tarifario» tras la devaluación, explicaron desde el sector.
Semejante incremento sería el golpe de gracia para decenas de miles de integrantes de la clase media, que tienen a estos seguros de salud incluidos entre los servicios claves para toda la familia.
Según explicaron fuentes del sistema sanitario, con los precios liberados por el megadecreto del Gobierno, también cae el paliativo que hablitó, en su momento, a las prepagas para que no les
trasladen todo el incremento a los afiliados.
Pero esas subas que no se cobraron oportunamente, porque el candidato oficialista Sergio Massa estaba en campaña, y deberán abonarse ahora. Esto redoblará la presión sobre los bolsillos, en un escenario altamente inflacionario.
Así, luego de que las prepagas admitieran que las facturas de enero van a venir con entre el 38% y el 42% de aumento (en parte para compensar la inflación del mes, en parte para recomponer las pérdidas de 2023 que denuncia el sector), una inquietud es qué alza deberán enfrentar los afiliados que vinieron completando el formulario mensual de la Superintendencia de Servicios de Salud para que los aumentos autorizados por el Gobierno se les apliquen con un descuento, declaración de ingresos mediante.
Aunque la resolución establecía la opción de los aumentos achicados hasta julio de 2024 (siempre para los hogares que declararan ingresos menores a seis salarios mínimos vitales y móviles), el problema se adelantó porque el reciente megadecreto de Javier Milei derogó la normativa.
Fuentes de una de las principales prepagas admitieron que no se podrán cobrar los costos retrasados en la Argentina porque eso derivaría en una salida en estampida por parte de los usuarios}.
La cuestión también preocupa a las prepagas que tienen fuerte presencia como propietarias de centros de salud y clínicas.
Todo indica que la actividad sufrirá una profunda transformación en los próximos meses, y que mucha gente volverá al hospital público para atenderse.
La última devaluación del 55% impactó con mucha fuerza sobre los insumos médicos, sobre todo los vinculados con cardiología, cirugía, prótesis traumatológicas y odontología, entre otras
especialidades.
Esto encareció los presupuestos de los financiadores del sistema, que ahora se disponen a encontrar un término medio entre reducir pérdidas y tratar de evitar una pérdida masiva de afiliados.
«Vamos a un negocio de menor volumen», eso está claro, señala a Noticias Argentinas un veterano directivo del sector.
Y recomienda prestar atención a la pelea que viene entre OSDE, la principal prepaga, con unos 2 millones de afiliados, y Swiss Medical, la compañía conducida por Claudio Belocopitt que posee una red muy fuerte de sanatorios.
Fuente: NA