Tras los cambios implementados por el gobierno, los gobernadores provinciales afiliados al PRO y al radicalismo se encontrarán para deliberar sobre los próximos pasos a tomar.
Los cambios divulgados por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, acerca de la abolición del paquete fiscal han generado incertidumbre entre los líderes provinciales, especialmente en la administración libertaria, que se compromete a impedir la implementación del ajuste si la ley no se aprueba.
Los representantes del PRO y la Unión Cívica Radical (UCR) están observando de cerca la situación y consideran que, aunque es una «buena decisión» por parte del Gobierno, aún no hay detalles «más allá de los títulos que van a presentar».
En relación con esto, algunos sectores del peronismo argumentan que no era necesario retirar todo el paquete, sino que bastaba con la eliminación de tres artículos: retenciones, jubilaciones e Impuesto a las Ganancias.
Durante el fin de semana, hubo numerosas conversaciones, reuniones por Zoom, llamadas y mensajes entre los gobernadores, incluso con representantes del peronismo, entre ellos Martín Llaryora (Córdoba) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), quienes, según informa la agencia Noticias Argentinas, asistirán hoy al intercambio.
Ante este escenario, se proyecta una reunión crucial en la próxima semana para abordar el tratamiento de la ley, especialmente después de que Milei instigara a sus seguidores a presionar a las provincias si el Congreso Nacional rechaza los puntos presentados.
El Presidente se muestra inflexible en su meta de alcanzar un déficit fiscal cero y promete compensar con recortes en las provincias. Los sectores dialoguistas solicitan que se cumpla con la promesa, pero a través de vías alternativas que no perjudiquen los intereses de sus distritos.
En este momento, la principal preocupación de los líderes es la compensación que ofrecerá el Poder Ejecutivo ante la pérdida de recaudación, por lo que exigen ser resarcidos. Entre las opciones, se discute la posibilidad de revisar la coparticipación del Impuesto PAIS.
Se trata de una de las semanas más desafiantes para la gestión libertaria, que, después de realizar ajustes y ceder en algunos puntos, busca impulsar las reformas que le permitan definir la impronta de la administración.