Los diplomáticos aseguran que según la Convención de Viena, los vehículos de diplomáticos no pueden ser requisados, confiscados, allanados ni retenidos por las autoridades locales.
Durante los rutinarios controles vehiculares en la mañana de Navidad, en Palermo la Policía de la Ciudad protagonizó un hecho que abrió una inesperada polémica al intentar realizarles un control de alcoholemia a dos diplomáticos rusos, ambos se negaron a seguir el protocolo y fueron trasladados a la embajada.
El segundo caso se trata de Cardmath Solomatin, codirector de la Casa Rusia en Buenos Aires, tampoco quiso soplar el alómetro, quien si presentó la documentación del auto y se identificó pero tampoco se bajó del vehículo. En tanto, también fue trasladado por la policía hasta la embajada de Rusia.
Una vez que ambos regresaron a la embajada y pudieron ingresar al edificio, un hombre que trabaja como diplomático, identificado como Alexander, emitió un comunicado a la prensa y expresó: “Según la convención de Viena, los diplomáticos no pueden ser objeto de ninguna parada, registro y consideramos lo ocurrido como una grave violación al derecho internacional”.