Crisis – Desde la compañía aseguran que cerrarán otras dos usinas y peligra el empleo de otras 1.000 personas.
El directorio de Sancor trabaja contra reloj para frenar una deuda que se ha tornado no sólo impagable, sino también por acumulación de intereses, gastos corrientes en una estructura que quedó desbordada por el derrumbe de la actividad.
De ahí, se abocó a un riguroso plan de reestructuración que se manifestó en la decisión de cerrar cuatro plantas, que en conjunto empleaban a unas 500 personas, como primer paso para reducir de 15 a 9 establecimientos en operación y achicar la nómina de 4.000 a 2.500 trabajadores. Aún peligran los puestos de otras 1.000 familias.
Así surge de la información que obtuvo el director de la revista Nuestro Agro, de Rafaela, Miguel Ruiz Díaz: «Como primer paso se ha producido una decisión de cerrar las plantas emplazadas en las localidades de Brinkman, Córdoba, (depósito importante de quesos y acondicionamiento de materia prima para seleccionarla por calidad); Coronel Charlone, Buenos AIres, (elabora roquefort); Moldes, Córdoba, (queso pasta dura para exportación y mercado interno) y Centeno, Santa Fe. Sus encargados recibieron el lunes por la tarde la orden en de no recibir materia prima y comenzarán a trabajar para desactivar las mismas».