El financista admitió ante Bonadio que recibía las coimas de los empresarios y se las entregaba a Daniel Muñoz, el difunto secretario privado de la familia Kirchner.
El financista Ernesto Clarens declaró como arrepentido ante el juez federal Claudio Bonadio y reconoció que fue una pieza importante de la red de sobornos instrumentada desde el poder kirchnerista.
Clarens admitió que recibía el dinero del sector empresarial y que Daniel Muñoz, el difunto secretario de la familia Kirchner, era el que pasaba a buscar los bolsos llenos de dólares para dárselos al matrimonio presidencial.
El financista se convirtió así en otro arrepentido, tras alcanzar un acuerdo con el fiscal Carlos Stornelli que fue homologado por el juez. Según consigna TN, la palabra de Clarens en la Justicia está en concordancia con lo que admitieron hasta el momento decenas de ejecutivos, quienes se transformaron en “imputados colaboradores”.
Por último, Clarens amplió el listado de empresas de obra pública vial que entraron en el esquema de cartelización que describió Carlos Wagner, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción.
