El ministro de Hacienda reconoció que aumentó la inflación y la pobreza, aunque pronosticó que el país “tiene posibilidades de crecer” el año próximo.
Después de presentar su balance de gestión el lunes pasado, el ministro de Hacienda Hernán Lacunza admitió a 14 días de dejar el poder que tanto la pobreza como la inflación crecieron durante el gobierno de Mauricio Macri, aunque resaltó otros logros en la faceta económica y afirmó que es buena la herencia que le dejan a Alberto Fernández.
“Si bien la pobreza y la inflación son dos números que no han sido inferiores a los esperados, han empeorado, hay otros números buenos y menos visibles. Por ejemplo la deuda ha crecido, pero es fruto del déficit del pasado. Y si ahora estamos llegando al equilibrio fiscal primario, en el futuro la deuda no va a crecer”, indicó el funcionario en declaraciones a radio Continental.
En esa línea, tildó como un error la intención de “bajar la inflación, corregir el atraso del dólar y las tarifas y crecer al mismo tiempo”, porque, dijo, “son cosas contrarias entre sí. “También hubo condiciones que empeoraron en el mundo o algo de mala suerte. La más fuerte, la sequía del año pasado. Y la mayor autocrítica es que la combinación de las herramientas fiscales y monetarias no fue consistente, hubo por lo menos una asincronía, se remó más con el remo monetario que con el fiscal. Por eso cuando vino una tormenta nos agarra desprotegidos, y ahí empezó el problema: en abril de 2018“.
A pesar de que asumió el cargo en agosto después de las elecciones primarias, Lacunza fue el encargado de presentar el balance esta semana, en el que pese a los pronósticos adversos de las consultoras y del entorno del presidente electo, Alberto Fernández, precisó que Cambiemos cumplirá con el acuerdo con el FMI y entregará el gobierno con un déficit primario del 0,5% del PBI.
El titular de la cartera económica dejó en claro que la próxima administración recibirá un “equilibrio fiscal primario, un tipo de cambio competitivo y casi equilibrio externo, además de superávit de las provincias”.
Sobre el nivel de deuda, el ministro la consideró “razonable para un país como Argentina”, que es de “aproximadamente el 70% del PBI”, aunque reconoció que el problema “es de liquidez”.
“Argentina no tiene crédito. Y hay un paso ahí fundamental que es renegociar los vencimientos. Y no es que hay que hacerlo en 10 meses, hay que hacerlos en dos o tres”, completó.