El último médico personal de Diego Armando Maradona fue imputado por “homicidio culposo” y se presentó espontáneamente ante la justicia.
Tras los allanamientos a su casa y a su consultorio, el neurocirujano Leopoldo Luque, uno de los últimos médicos que atendió a Diego Maradona, se presentó a declarar “de manera espontánea” en la fiscalía de San Isidro, según confirmó su abogado, Julio Ríos.
Luque fue imputado por “homicidio culposo” en la investigación por la muerte del exfutbolista de la Selección Nacional. Ayer, tras la inspección el neurocirujano dijo que no se “reprocha nada” de su accionar y resaltó que “no hubo un error” de los profesionales de la salud que atendieron al Diez. “Sé lo que hice y cómo”, sostuvo.
“Estoy muy mal porque se me murió mi amigo. Él necesitaba ayuda. No había forma de entrarle: él tenía autonomía, él decidía todo el tiempo. Yo no podía decirle: ‘Sobre este tema no podés decidir’. Diego era muy difícil. Me echó un montón de veces de su casa. Me echaba y después me llamaba. Esa era la relación que teníamos”, contó.
Los allanamientos se hicieron en las primeras horas de ayer luego de la declaración testimonial de las hijas Dalma, Gianinna y Jana, las tres hijas de Maradona, quienes pidieron que se revise las medicaciones que Luque y su equipo le recetaron en los últimos meses de tratamiento en las clínicas Ipensa, de La Plata, y en la Clínica Olivos.
Las tres responsabilizaron a Luque la de haber firmado el alta médica de la Clínica Olivos el 11 de noviembre, adonde el doctor lo operó ocho días antes por un hematoma subdural. Recién el sábado “empezaron a pensar que su papá no murió por causas naturales como se dijo y ahora quieren saber la verdad de lo que pasó”, detalló Clarín, según indicó una fuente.
Luque fue quien estuvo a cargo de la operación de Maradona por el hematoma subdural que tenía en la cabeza. Muchos especialistas apuntaron contra él por haber tomado la decisión de intervenirlo quirúrgicamente.