El ente mundial que defiende los derechos de los niños y niñas del mundo se expresó al respecto y llamó a que los estados tengan en cuenta esta medida una vez que se haya aplicado en médicos y población de riesgo.
La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, se expresó con sinceridad en un comunicado oficial que se emitió en las últimas horas y en la que al mensaje es imposible de darle una segunda interpretación. En el comienzo de la vacunación contra el coronavirus, pide con contundencia que los diferentes gobiernos la aplique en docentes como prioridad.
«Sigue existiendo una suposición infundada de que el cierre de las escuelas puede retrasar la propagación de la enfermedad, a pesar de la creciente evidencia de que las escuelas no son el principal impulsor de la transmisión comunitaria«, expresó en primera medida contra las normas impuestas en las mayorías de los países donde los casos repuntaron en el último trimestre.
Governments must prioritize teachers to receive the #COVID19 vaccine, once frontline health personnel and high-risk populations are vaccinated. This will help protect teachers from the virus, allow them to teach in person and ultimately keep schools open. @unicefchief
— UNICEF (@UNICEF) December 15, 2020
«Como resultado, mientras que los casos se están disparando en muchos países del mundo, las comunidades están cerrando nuevamente las escuelas. A partir del 1 de diciembre, las aulas están cerradas para casi 1 de cada 5 escolares en todo el mundo, o 320 millones de niños«, destacó Fore. Ante esto, presentó su idea y objetivo, acompañada por el ente mundial.
«UNICEF pide que se dé prioridad a los maestros para recibir la vacuna COVID-19, una vez que se vacune al personal de salud de primera línea y a las poblaciones de alto riesgo. Esto ayudará a proteger a los maestros del virus, les permitirá enseñar en persona y, en última instancia, mantendrá las escuelas abiertas», remarcó la mandataria y luego cerró detallando algunas complicaciones que se pueden dar de acá a futuro.
«Las consecuencias de una educación prolongada perdida o deficiente son pronunciadas, especialmente para los más marginados. Cuanto más tiempo permanezcan los niños fuera de la escuela, menor será la probabilidad de que regresen y más difícil será para sus padres reanudar el trabajo», analizó Henrietta Fore.