Además de Sergio Rapisarda, también fue imputado el Jefe de Seguridad del club, Eduardo Capuchetti. En el operativo, se secuestraron 230 botellas de bebidas alcohólicas y las grabaciones que había en el centro de monitoreo que funciona dentro del citado polideportivo.
Tras la fiesta clandestina que se realizó en el polideportivo de Vélez con un centenar de invitados, anoche se realizó un allanamiento en el club de Liniers y fue imputado al presidente Sergio Rapisarda y al jefe de Seguridad, Eduardo Capuchetti.
A ambos se les imputa por los artículos 129 (desvirtuación de rubro), 205 (propagación de pandemia) y 239 (desobediencia) del Código Contravencional. Por la fiesta, el club podría ser sancionado y recibir la clausura del lugar donde se produjo el evento. La causa está a cargo de la fiscal Celsa Ramírez.
Según se informó, el procedimiento estuvo a cargo del área de fútbol de la Policía de la Ciudad y los efectivos incautaron las grabaciones que había en el centro de monitoreo que funciona dentro del citado polideportivo y que registra los movimientos de los socios en las instalaciones. Además, se verificó el registro de los carnets para avanzar con la investigación, al tiempo que se encontraron dos contenedores con 230 botellas de bebidas alcohólicas vacías.
La mencionada fiesta se llevó a cabo el pasado miércoles cuando el equipo de Liniers perdió ante Banfield en el partido en el cual se jugaba por un cupo en la Copa Sudamericana 2022. De la misma participaron al menos 100 personas sin barbijos ni distancia social en medio de la segunda ola de contagios de coronavirus y además la fiesta fue organizada por integrantes de la barrabrava del club.
Según se indicó, la Justicia investiga cómo se originó el festejo y citará a los dirigentes a declarar para saber si los “barras” tenían algún tipo de autorización para ingresar al club.
En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de la pandemia por coronavirus, las reuniones están acotadas a un reducido número de personas.