En medio de las demoras en la aplicación de dosis contra el coronavirus y mientras avanza la variante Delta, el asesor presidencial criticó la gestión del Gobierno y aseguró que «no podemos discutir la tercera dosis cuando no tenemos la segunda».
Eduardo López, asesor del Gobierno, expresó su inquietud por las demoras en la aplicación de dosis y remarcó que «tener 5 millones de dosis guardadas en la heladera es un fracaso del sistema de los que tienen que aplicar vacunas. La mejor vacuna es la que está colocada en el brazo y la peor es la que no se coloca. Es un problema que realmente las jurisdicciones no lo pudieron explicar”.
Son palabras del infectólogo Eduardo López, quien integra el comité de especialistas que asesora al presidente Alberto Fernández sobre la pandemia. Este lunes descargó su malestar por las demoras en el plan de vacunación mientras avanza la circulación de la variante Delta del coronavirus.
En diálogo con Radio Mitre, el médico ensayó una explicación de por qué se demora la inoculación de las segundas dosis. “Los vacunatorios los sábados y domingos o atienden poco o están cerrados. Porque de las 300 ó 400 mil dosis, los fines de semana cae a 100 ó 120 mil”. “Es una materia aplazada, no con uno sino con un cero”, concluyó.
Según cifras oficiales, con el arribo del último lote de 400 mil vacunas de AstraZeneca donadas por el gobierno de España el domingo, la Argentina superó la barrera de las 47 millones de dosis recibidas, de las cuales 43.823.234 dosis fueron distribuidas entre las provincias y solo se aplicaron 39.191.748.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud, solo el 36,7% de la población mayor de 18 años completó el esquema de inmunización. Para López, la inoculación con ambas dosis será clave ante el inminente avance de la variante Delta. “Argentina todavía no tiene la Delta circulando de forma comunitaria. Sí la tienen Israel y otros países de Europa. Ahora, esos países han visto que, con dos dosis, en algunos grupos no alcanza. O sea que se necesita una tercera dosis”, enfatizó.
“Argentina tiene una obligación y una necesidad de aumentar el ritmo de vacunación. Y esto es clave, porque no podemos discutir la tercera dosis cuando no tenemos la segunda”, agregó.