El presidente señaló que un colaborador del Sumo Pontífice ratificó la postura contraria de la Iglesia respecto a la interrupción del embarazo «para fijar soberanía».
El presidente Alberto Fernández subrayó hoy que en la reunión que mantuvo con el papa Francisco «el tema del aborto no se abordó» y señaló que un colaborador del Sumo Pontífice ratificó la postura contraria de la Iglesia respecto a la interrupción del embarazo «para fijar soberanía».
«Con el Papa el tema del aborto no se abordó. El secretario de Estado (Pietro Parolin) hizo una mención al pasar sobre cuál es la posición de la Iglesia, que todos conocemos. La escuché y seguimos hablando de otra cosa. Todos saben cuál es mi posición, que no es en contra de la Iglesia», sostuvo el mandatario.
En diálogo con Radio 10, el jefe de Estado consideró que el objetivo de Parolin al referirse al tema fue «para fijar soberanía».
«Con el Papa ese tema ni lo rocé, así que no hubo ninguna discordancia. No hablamos de esos temas con el Papa. Hablamos básicamente de los problemas que nos preocupan como argentinos y de ver el modo en que él, como Papa, puede ayudarnos. Yo ya sé que piensa la Iglesia», remarcó el referente peronista, quien ratificó que a su entender se trata de «una cuestión de salud pública».
En cambio, destacó que hablaron sobre la situación económica y social del país y señaló que el Sumo Pontífice «está muy al tanto de todo lo que pasa».
«Pudimos hablar de todo lo que pasa en la Argentina. Yo valoro su opinión», añadió Alberto Fernández, quien se definió como «un católico que fue muy crítico de la Iglesia, porque la vio alejada de los pobres y los marginados».
Respecto a la figura del Santo Padre, afirmó que «es un líder moral y ético enorme» por el cual tiene «una gran admiración».
Consultado sobre la posibilidad de una visita de Francisco a la Argentina, el Presidente manifestó: «Siempre le digo que los argentinos lo esperamos con toda la alegría que supone recibir a un Papa argentino. Además, a este Papa, que ha vuelto a comprometer a la Iglesia con los sectores más humildes».
«Él sabe que está siempre invitado, no necesita pedir permiso, porque es su casa», concluyó. El encuentro con el Sumo Pontífice se llevó a cabo el pasado viernes en la Biblioteca del Vaticano y duró 44 minutos.