El presidente pidió por una recuperación de «la convivencia democrática» considerando que se perdió a raíz del «discurso del odio que se ha esparcido desde diferentes espacios políticos, judiciales, y mediáticos de la sociedad argentina».
Alberto Fernández habló en cadena nacional luego del atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner y, además de demostrar su preocupación en términos de la situación democrática actual del país, aprovechó para señalar a la oposición ya que considera que hay «discursos que promueven el odio».
«Semejante realidad conmueve a todo el pueblo argentino y en particular a quienes somos sus compañeros que la abrazamos solidariamente con todo nuestro cariño», expresó primeramente el presidente.
Poniendo el foco en los demás sectores políticos y sociales, dijo: «Estamos obligados a recuperar la convivencia democrática que se ha quebrado por el discurso del odio que se ha esparcido desde diferentes espacios políticos, judiciales y mediáticos de la sociedad argentina».
En este mismo sentido afirmó que «en una sociedad democrática los discursos que promueven el odio no pueden tener lugar porque engendran violencia y no hay ninguna posibilidad de que la violencia conviva con la democracia», y que «la Argentina no puede perder ni un minuto más, no hay tiempo» . «Es necesario desterrar la violencia y el odio del discurso político y mediático y de nuestra vida en sociedad», puntualizó de nuevo.
Luego, llamó a repudiar lo sucedido: «Convoco a todos y a cada uno de los argentinos y argentinas, a toda la dirigencia política y social, a los medios de comunicación y a la sociedad en general, a rechazar cualquier forma de violencia. Necesitamos aislar, no convalidar y repudiar las palabras descalificadoras, estigmatizantes y ofensivas que solo nos dividen y enfrentan».
«Que la conmoción, el horror y el repudio que este hecho nos genera se convierta en un compromiso permanente para erradicar el odio y la violencia de la vida en democracia», sostuvo.
Las declaraciones del presidente llegan, también, en medio del juicio oral por la Causa Vialidad que puso a CFK en el centro de la tormenta y que generó confrontaciones entre los diferentes actores tanto políticos como sociales.
«Persecución política» fue el término que emplearon con frecuencia quienes respaldan a la vicepresidenta tras el pedido de condena por parte de la fiscalía de 12 años de prisión e inhibición perpetua para ocupar cargos públicos.
