Confiado para el 27 de octubre, el candidato a presidente del Frente de Todos afirmó que la gente “está a la buena de Dios porque está desesperada del hambre”.
El candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, se apoya en los números y confía en que el resultado de las elecciones generales sea aún más abultado para terminar de definir su llegada a la Casa Rosada
El postulante K aseguró que “las encuestas parecen decir que la diferencia es mucho más grande que la que tuvimos” en las PASO y que por eso su espacio ganaría “en primera vuelta”. Aunque mostró cautela y consideró que “una elección se gana cuando se cuenta el último voto”.
A su vez, consideró que la suma de $5000 que el Gobierno acordó con los empresarios no será posible cumplir: “Tienen razón el presidente de la UIA, Miguel Acevedo: en que algunas empresas no van a poder pagar”.
En el reinicio de la campaña, el ex jefe de Gabinete rechazó la política económica del gobierno actual ya que “condenó a la pobreza a 5 millones de personas que eran de clase media”. “De eso no se vuelve con discursos ni medidas apuradas. El martes murió un operario al caerse un andamio en el aeropuerto de Ezeiza por apurar una obra ¿Cuándo terminará tanta locura, tanta improvisación?“, se preguntó en FM Milenium.
“La gente está a la buena de Dios porque está desesperada por el hambre”, sostuvo en una clara respuesta al candidato a vicepresidente de Macri, Miguel Ángel Pichetto, que dijo que “en la Argentina no existen personas que pasen hambre”.
“Cómo han cambiado las cosas: Evita dijo que ‘donde hay una necesidad hay un derecho’ y para el macrismo donde hay una necesidad hay un negocio para los amigos. Son ladrones de guante blanco”, planteó Fernández.
