Ocurrió en Santa Fe, la mujer había recibido amenazas días antes de encontrar a sus perros y gato envenenados. Atendía a pacientes con coronavirus.
Un nuevo y repudiable hecho contra el personal sanitario se dio en Santa Fe, una enfermera denunció que sus vecinos la amenazaron y le envenenaron a sus mascotas para que deje el barrio por miedo a que los contagie de coronavirus.
Daniela, así es el nombre de la víctima, contó que diez días antes de encontrar muertos a sus mascotas había sido amenazada por sus vecinos del barrio Guadalupe.
Sus vecinos tiraron carne con vidrio molido en su jardín, y solo sobrevivió una de sus tres mascotas, un perro anciano que ya casi nunca salía de la casa. Su otra perra murió en el acto, y el gato después de agonizar durante un día y medio.
Daniela contó: «Soy enfermera paliativista y trabajo con pacientes de coronavirus. Toda la vida ayudé a mis vecinos cuando necesitaban algo. Sin embargo, cuando empezó la cuarentena y toda esta locura, me encontré con un cartel en la puerta de mi casa que decía que me tenía que ir porque iba a infectar a todo el barrio».
«Pensé que era alguna broma porque no me llevo mal con nadie y mis perros no salían, tampoco mi gato. Pero esa noche, cuando llegué de trabajar, vino mi hijo y me dijo que la perra y el gato estaban envenenados. La perra ya había muerto, tenía 16 años, y Junior, mi segundo perro se salvó porque ya está grande y no sale para nada de casa. Al gato intentaron salvarlo, pero no hubo manera», expresó.
«Nosotros somos dos, toda la vida fuimos dos y los animales eran nuestra vida. Esto fue por ignorancia y maldad. Uno no busca enfermarse, tarde o temprano a esto lo vamos a tener todos. Nadie está exento», comentó.
Sobre su actual relación con los vecinos, dijo: «A veces salgo y les veo la cara y me pregunto por qué lo hicieron. Mis mascotas no eran animales que salían a la calle a molestar. No me gusta la maldad, yo siempre trato de ayudar a todo el mundo, pero sacaron lo peor de mí. Con los animales no se hace eso. Encima yo me sentí culpable, porque de alguna manera los mataron por mí».
“Una estudia para ayudar a la gente y ahora, la verdad, no me dan ganas de hacerlo. Es muy doloroso lo que hicieron», cerró.