La nueva vida de los Messi arrancó hace tres semanas, Lionel Messi y su mujer, Antonela Roccuzzo, junto con sus hijos, Mateo, Ciro y Thiago, se trasladaron de Barcelona a París. El delantero dio un giro en su carrera deportiva y dio comienzo a una nueva etapa como estrella del PSG.
Desde su llegada al París Saint-Germain, el mundo entero sigue de cerca al rosarino. La Pulga tiene sobre sus espaldas una enorme presión. Todos quieren ver su fama de goleador y festejar sus triunfos con su nuevo club.
En la intimidad, Antonela Roccuzzo es el gran sostén del ídolo, que sabe de la expectativa por él en París.
Al parecer, la mujer de Lionel Messi es muy cabulera. Por esa razón, la rosarina lleva a todas partes un objeto muy preciado, que se emplea como un talismán contra la envidia y la malas energías.
En un reciente posteo en su cuenta de Instagram, Antonela Roccuzzo posó tomando un café y con su celular a un costado. En la mesa se puede apreciar que del teléfono se desprender una cinta, que tiene mostacillas y, al final, un ojo de la suerte.
Un ojo de la suerte, ojo turco, o nazar, es un abalorio con la forma de una gota plana donde se encuentra la figura de un ojo al que se atribuyen fuerzas protectoras, y que es muy usado como amuleto contra el mal de ojo y las malas vibras.
El ojo turco es muy común en Turquía y en Grecia para la protección contra la influencia negativa de la envidia, tradicionalmente conocida como «mal de ojo». Según la tradición, que se remonta a los tiempos del antiguo Egipto y Babilonia, los malos sentimientos del ser humano se proyectan a través de los ojos, pues estos son la parte más expresiva del cuerpo.
Por esa razón, era común que turcos y griegos usaran un talismán en forma de ojo como una forma de «distraer» la mirada del poseedor del mal de ojo.
De lo anterior se desprende la costumbre de llevar un ojo turco como protección. La gente acostumbra usarlos en el cuerpo, con collares, pulseras, zarcillos o tobilleras, así como colocarlos en el escritorio del trabajo, en el carro, los teléfonos celulares o en la puerta de la casa.