El conjunto que dirige Scaloni se impuso 3 a 0 en Londres y prolonga su invicto, además de motivar más el sueño en el mundial de Qatar 2022. Los goles fueron marcados por Lautaro Martínez, Di María y Dybala.
El festejo alocado de las almas albicelestes en las tribunas del mítico estadio de Wembley, en el corazón de Londres, fue reflejo de la pasión desatada y de la ilusión existente con respecto a la Selección Argentina.
Abrazados, algunos con llantos, los argentinos pretenden que mañana mismo empiece el mundial de Qatar 2022, donde el combinado nacional irá con todas sus ilusiones y con un grupo que respalda dicha esperanza. Y fiel imagen de esa entelequia se disfrutó en la Finalissima, donde Argentina derrotó con holgura 3 a 0 a Italia y suma un nuevo título de carácter oficial.
Vale aclarar que este partido enfrentó al campeón de la Copa América con el ganador de Europa y por eso, con homenaje a Diego Maradona como excusa, el partido sirvió para darle importancia al duelo y revalorizar los viejos duelos entre ambos continentes.
Y al equipo dirigido por Lionel Scaloni, para volver a medirse con los equipos europeos, cuenta pendiente de este proceso que tiene el invicto más largo de la historia para AFA.
👉 ¡G⚽⚽⚽⚽⚽⚽⚽⚽⚽⚽L! Lautaro Martínez abre el marcador después de un gran pase de Messi.
⏱ 28' PT
⚽ @Argentina 🇦🇷 1 🆚 #Italia 🇮🇹 0 pic.twitter.com/eXPzKQ0Tue
— Selección Argentina 🇦🇷 (@Argentina) June 1, 2022
Para que la fiesta fuera completa, Lionel Messi hizo su gracia, jugando concentrado y guiando al equipo con su inspiración para llegar al arco de Donnarumma.
Y cuando el partido se puso áspero, nunca escondió su figura, se bancó patadas y dejó su sello.
Dibu Martínez había tapado un remate de Raspadori para una Italia que a pesar de no contar con Insigne ni Verrati, lo mismo presentó problemas. Argentina tenía profundidad pero carecía de esa lucidez para golpear, hasta que Messi frotó la lámpara y la historia fue otra. La máxima virtud del equipo de Scaloni sigue siendo el compromiso y la presión, virtudes que permitieron abrir la cuenta: quite y habilitación con valor agregado de Lo Celso, Messi se sacó de encima a Di Lorenzo y asistencia para que Lautaro Martínez renovara credenciales de goleador de esta gran etapa. Toque y a la red.
Y después el propio «Toro» armó la jugada del segundo gol, a cargo de Di María. Aguantó y giró sobre Bonucci y milimétrica habilitación para que el «fideo» picara con exquisitez ante el arquero y desatar el carnaval.
En el complemento Di María tuvo dos remates para incluso ampliar y Lo Celso no pudo coronar un pase de Messi que cruzó el area, jugada que nació precisamente de uno de los fuertes del equipo: presión y asfixia sobre la pelota para no permitir salida limpia del rival desde el arco.
Messi también se animó a patear pero Donnarumma le ahogó el grito que hubiese sido la frutilla del postre. Italia se vio superada, nerviosa por momento, y con la mirada puesta como premio consuelo en la Nation League, donde enfrentará a Hungría este martes, ya que no clasificó al mundial pero siempre es rival de fuste, además de ser el dueño de Europa.
Y la frutilla del postre llegó con el cordobés Paulo Dybala, bajando el telón del partido, ingresando en el descuento y poniendo el tercero en el marcador, un gol que puede significarle un boleto a la lista mundialista para el ex Instituto.
El hincha argentino tiene el corazón a mil pulsaciones y la Selección colabora con ese diagnóstico, sobre todo porque tuvo su exigencia ante el campeón de Europa, con otra idiosincrasia y táctica respecto de los equipos sudamericanos. Por la talla del rival, el examen fue aprobado con creces. Y el sueño en Qatar 2022 sigue tomando vitaminas, a cinco meses de la Copa.