También podrían haber más testimoniales. Además, El Papa se comunicó con los padres de Fernando Báez Sosa.
En la tercera semana por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven brutalmente asesinado a golpes en la puerta de un boliche en Villa Gesell por 10 jóvenes de 18 y 20 años, la fiscal espera los resultados de la pericia de los celulares de los acusados.
Los peritos de la Policía Federal Argentina habían prometido que los resultados llegarían para lunes y a partir de entonces comenzará el análisis de la información que contenían en sus memorias. Son nueve aparatos: dos Motorola, un Huawei y seis iPhone, entre ellos el del más complicado en la causa, Máximo Thomsen.
Para la fiscal, esta nueva semana de investigación será “de reflexión de información de pruebas que ya fueron presentadas” y marcará el inicio de la “etapa de compaginación de las pericias”. Además, el expediente, que ya acumula ocho cuerpos, anexará nuevas testimoniales.
Las imágenes de video grabadas por las cámaras de la municipalidad, las del boliche y las que llegaron a partir de testigos que grabaron con sus teléfonos se someterán a una comparación biométrica.
Aunque podría generar una duda entre los investigadores por la calidad de las imágenes por si la nitidez que tienen esos videos es suficiente para hacer el cotejo con las fotografías que se tomó a cada imputado.
En cuanto a los resultados de los análisis de ADN, que los realizará un laboratorio pericial de Junín, demoraría varios días. En principio, la pericia de rastros determinó que las manchas en distintas prendas de los jóvenes, son de sangre humana. Se tomaron 48 y todas son aptas para el cotejo de los ADN de los imputados.
Por otro lado, el Papa Francisco se comunicó con sus padres de la víctima para solidarizarse con el caso.
La comunicación, que se produjo este domingo, fue confirmada a los medios por Silvino Báez, padre del joven asesinado, aunque sin brindar mayores detalles sobre la conversación. Fuentes del Vaticano citadas por TN se limitaron a destacar la comunicación de Francisco con los padres de Fernando Báez Sosa como “un gesto y un mensaje del Papa para la sociedad, ante las situaciones de violencia que se viven en estos momentos en la Argentina y en el mundo”.
Fernando era católico, educado en el colegio Marista del barrio porteño de Caballito y participaba en proyectos solidarios.
