Se lo acusa de haber emitido “datos falsos en las declaraciones juradas de rendición de gastos” en un viaje a París durante su función pública
El juez federal Ariel Lijo amplió la indagatoria del ex vicepresidente Amado Boudou por haber “defraudado a la administración pública, mediante la presentación de declaraciones juradas con datos falsos y comprobantes de pago apócrifos” en un viaje a París.
En sus tiempos como ministro de Economía, Boudou viajó a Francia para participar de una cumbre del G-20. Según el magistrado, no hay dudas de que la comitiva insertó “datos falsos en las declaraciones juradas de rendición de gastos”.
Entre las nuevas pruebas contra el ex funcionario se encuentran la declaración de la intérprete contratada para el viaje, cuyo caché fue de 3050 euros según el Ministerio de Economía. Ella negó haber cobrado esta cifra y dijo que los servicios de interpretación se cobran entre 600 y 1000 euros.
“Vuelvo a insistir que yo no estaba encargado de las cuestiones operativas ni logísticas, que son abundantes para este tipo de encuentros porque en muy poco tiempo y a mucha distancia hay que coordinar encuentros, reuniones,etc”, desligó Boudou.
En la causa están procesados el ex jefe de Gabinete del Ministerio de Economía Guido Forcieri y Héctor “Cachi” Romano, secretario privado de Boudou.
Se sumaron cuatro facturas del hotel Bel-Ami, de París, por 10.872, 8.034, 23.071 y 4.470 dólares; y una factura a favor de un traductor, identificado como Eduardo Kahanne, por 3.818 dólares. Todos estos números “no fueron reales”, indicaron fuentes de la causa. El traductor había cobrado solo 2.194 dólares.
En la investigación se analizaron más facturas truchas de estadías en el hotel Bel-Ami, en París, Francia, por el monto de 9.395 y 6.943,23 euros. “Hubo facturas usadas por Forcieri y Boudou que tienen la misma numeración y diferentes gastos, se escaneaban las facturas y se falsificaban”, indicaron fuentes judiciales.