El parate económico por el aislamiento produjo una caída dramática de alrededor del 90% en la facturación tanto en el sector de asistencia ambulatoria como en la parte de internación.
La pandemia del coronavirus obligó al Gobierno a decretar el aislamiento obligatorio para frenar la curva de contagios, esto trajo aparejado problemas en la economía del país que está parada en prácticamente todas sus áreas.
La salud tampoco pudo huir a esto. En ese sentido los representantes de las entidades médicas civiles tuvieron que hacer algo que no querían; escribirle al ministro Ginés González García y pedirle ayuda económica.
El Presidente de la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (ACAMI), Hugo Magonza firmó una nota en la que se pidió subsidios para poder seguir trabajando mientras dure la pandemia. El sector compuesto por 37 instituciones, es fuente de trabajo para más de 44.500 personas en forma directa que brindan a la comunidad aproximadamente 9.600.000 consultas médicas y 250.000 egresos hospitalarios anuales
El problema surgió tras el aislamiento obligatorio ya que la facturación de prestaciones ambulatorias se ha reducido entre el 85% y el 93%.
Según lo informado, la facturación por servicios prestados durante abril tendrá una caída del 50% en comparación con al mismo mes de 2019, mientras que la previsión es peor para mayo, junio y julio.
Por este motivo en la carta enviada al ministro de Salud se explica: «La propuesta concreta es que se otorgue a nuestras entidades un subsidio que compense los ingresos no percibidos durante los meses que dure la pandemia, similar al que se ha otorgado a otras actividades económicas, fundado en que nuestro sector no solo tiene una disminución del ingreso, sino que debemos prepararnos para asumir mayores costos de operación y permanecer activos en una actividad de riesgo, mientras otras actividades, muy a su pesar guardan cuarentena».
Y agrega: «Tanto el incremento de los mayores costos como la disminución de los ingresos hacen impostergable la ayuda para mantener en funcionamiento nuestras instituciones, poder afrontar los compromisos con nuestro personal y con los proveedores de insumos y equipos, imprescindibles para la atención de nuestros pacientes en medio de la pandemia y garantizar la supervivencia después de asistir en la crisis».