El objetivo es evitar divisiones internas y fuga de votos. La discusión se centrará en la seguridad y el narcotráfico.
El Gobierno consideró que no es el momento de volver a poner en agenda el debate sobre el aborto y postergó la despenalización en el nuevo Código Penal hasta después de las elecciones de este año. La discusión se centrará en los capítulos vinculados a la seguridad y el narcotráfico, y, de esta manera, evitarán generar divisiones internas y la fuga de votos.
El texto que se enviará al Congreso impondrá prisión de uno a tres años a la mujer que aborte y el juez podrá decidir la eximición de la pena o que quede en suspenso “teniendo en cuenta los motivos que impulsaron a la mujer a cometer el hecho, su actitud posterior, la naturaleza del hecho y las demás circunstancias que demuestren la inconveniencia de aplicar pena privativa de la libertad”.
El texto mantendrá no punible el aborto cuando hay riesgo para la vida o la salud de la mujer y en embarazos producto de un abuso sexual -incorporará la jurisprudencia de la Corte Suprema, caso F.A.L.-, y establecerá que los médicos que lo practiquen en esos casos no serán penados. Un alto funcionario manifestó a Clarín que “estaba muy sensible el tema y la decisión es mantener la redacción que elaboró la comisión. Como con todos los temas la discusión queda abierta en el Congreso, el Gobierno no manda el proyecto a libro cerrado”.
El ministro de Justicia, Germán Garavano, quien trabajó en el proyecto, es uno de los que empujaba la postergación del debate. Por su parte, Patricia Bullrich, Adolfo Rubinstein y Lino Barañao, entre otros, se habían manifestado a favor, mientras que Gabriela Michetti, Marcos Peña, María Eugenia Vidal, Carolina Stanley y Rogelio Frigerio se expresaron en contra de la despenalización. “Es la opción para no hacer ruido, no restar electoralmente en las provincias ni provocar divisiones en los bloques. Necesitamos tener a todos juntos, no nos sobra nada en ningún lado”, señaló un dirigente.