Uno de los principales acusados en el asesinato de Báez Sosa sostuvo que nunca tuvo “intención de matar a alguien”. También tomó la palabra Blas Cinalli. “No hubo ningún plan. No hubo planificación. No hubo ningún rol”.
Uno de los principales acusados en el asesinato de Fernando Báez Sosa en enero del 2020 en Villa Gesell, Lucas Pertossi, rompió el silencio ante el Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores y afirmó que “nunca le pegué”.
“Estoy muy mal por lo que pasó, estuve con tratamiento psicológico, psiquiatra, medicación. Nos hizo muy mal esto. Siento mucha pena por todo lo que pasó. Nunca le pegué a Fernando Báez Sosa, no lo toqué, no participé del plan de asesinato de matar a alguien: solo fui de vacaciones”, dijo.
Y relató: “Yo quiero aclarar el tema de lo que pasó aquel día. Nos levantamos a eso de las 2 o 3 de la tarde, habíamos tenido una noche larga y dormimos hasta tarde. Fuimos a la playa. Llevé la heladerita porque soy uno de los de contextura más grande. Llevé alcohol, tomamos, bailamos. Nos quedamos hasta el cierre de playa, que tiraron fuegos artificiales”.
“Fuimos a buscar los documentos y la plata para ir a la zona de Le Brique para que un amigo compre las entradas. Volvemos a casa, comemos, nos bañamos, nos cambiamos para ir a la previa con un compañero y un grupo de amigos. Vamos, llevamos más alcohol que teníamos en la casa. Hacíamos juegos de tomar, sacar, yo perdí y me tocó tomar alcohol. A eso de las tres o tres y media salimos porque teníamos miedo de que no nos dejaran entrar”, continuó.
“Entre 3 y 3.30 nos fuimos a Le Brique. Nos separamos en la puerta. A mí me dijeron que no podía entrar. Estaba por vender la entrada y antes de irnos un patova nos dicen que pasemos. Me dirijo a la barra. Cambio mi consumisión. Sacamos una foto en medio del recital con los chicos. En un abrir y cerrar de ojos veo un tumulto. Un patovica saca del cuello a un amigo. ‘A este sacalo por la cocina que lo cagamos a palos’, escucho”, recordó.
Luego de ese incidente, Pertossi aseguró haber salido por sus propios medios de la discoteca. “En la calle a mi amigo lo tiran, y dicen ‘salgan, salgan’, ‘circulen’. Queríamos entrar devuelta al boliche. Hay un tumulto de gente. A la derecha hay un amigo sentado en el borde. Miramos historias en Instagram. Charlamos. Me dicen Croniquita porque grabo todo. Escucho gritos. Cuando veo había gente que no conocía y reconozco a algunos de mis amigos. Fue todo muy rápido”.
Luego contó que dio dos patadas para defender a un conocido al que estaban agarrando del pie. “Me acerco, le digo soltalo, le pego dos patadas. El chico intenta pararse o se para, y yo me voy a la esquina. Me desoriento. No conozco Gesell, más el alcohol”.