La policía de Brasil detuvo alrededor de 1200 personas que aún se encontraban acampando frente al Palacio Presidencial luego del ataque del día de ayer.
Por orden del Supremo Tribunal de Justicia, las fuerzas de seguridad debieron desalojar las concentraciones de los grupos. La policía les había dado a los manifestantes una hora para que se retiren por voluntad propia tras ello varios levantaron campamento rápidamente.
Según el ministerio de Justicia, cada uno de los detenidos serán identificados para establecer si participaron en los ataques violentos del domingo y quedarán “marcados” por si en e futuro aparece alguna prueba en su contra.
Los que permanecerán apresados son aquellos que sean señalados como participantes de los vandálicos y tengan algún indicio en su contra. Todos ellos se sumarán a los casi 300 capturados en el día de ayer en medio de los ataques.
