Quedan 9 senadores que aún no manifestaron su postura y que son la pieza clave de la legalización o el rechazo del proyecto
Comienza a debatirse en comisiones el proyecto para la legalización del aborto y más que nunca en un clima de tensión e incertidumbre. La paridad es, al igual que en Diputados, extrema y da lugar a resistencia y sorpresas: mientras que cada vez más legisladores buscan modificar artículos para que el expediente vuelva a la Cámara baja, la senadora Gladys González, una de las indecisas cruciales que se estimaba beneficiaria al sector más conservador, hizo pública su postura a favor de la iniciativa.
A partir de las 17, el plenario formado por las comisiones de Salud (cabecera), Justicia y Asuntos Penales, y Asuntos Constitucionales empezará a discutir el proyecto sin expositores y deberá trabajar por un consenso para que así, el 1 de agosto pueda firmarse un dictamen y una semana después, tratarse en el recinto.
Los sondeos marcan, hasta ahora, que 35 senadores votarían en contra del proyecto mientras que 28 darían su voto positivo. Son 9 los integrantes de la Cámara alta que aún no dieron a conocer su postura y que son la pieza clave que determinará la legalización de la práctica o la continuación de su clandestinidad.
Una de ellas era Gladys González, ex compañera de fórmula del ferviente antiabortista Esteban Bullrich, quien por esta razón se esperaba que se pronunciara en contra de la interrupción voluntaria del embarazo. Pero este lunes la senadora dio un giro y publicó en redes sociales una carta en la que explicó que su decisión se basa en que considera que es un tema de salud pública.
“No quiero mirar al costado”, afirmó y sostuvo: “Creo que existe vida desde la concepción. Siempre lo creí y lo seguiré creyendo. Estos meses pensé y reflexioné mucho sobre esta ley y entendí que votar en contra y penalizar a las mujeres no salva ninguna vida”. Y planteó como salida “acercar a las mujeres al sistema de salud”.
La ex presidenta de Acumar planteó una serie de cambios a introducir en el proyecto pero aseguró que no son condicionantes para su voto a favor. Solicitó modificaciones en la «objeción de conciencia» para que pueda tener un alcance institucional, también pidió enfatizar en la prevención del embarazo no deseado y que las “consejerías” que prevé crear la ley brinden a las mujeres “todas las alternativas” antes de tomar la decisión de abortar.
La transversalidad del proyecto deja entrever distintas internas en Cambiemos. Como la que generó la vicepresidenta Gabriela Michetti, impulsora radical de la campaña «Salvemos las dos vidas», quien en una entrevista dijo estar incluso en contra del aborto no punible en casos de violación. Sus declaraciones no tardaron en ser repudiadas por la opinión pública y también por el diputado impulsor del aborto legal, Daniel Lipovetzky, quien calificó a sus dichos de ser «un retroceso enorme» y explicó el contexto en el que se aprobó esta normativa.
Un número importante de senadores, por otro lado, pujan por modificar otros puntos de la iniciativa que tuvo media sanción en Diputados. Se dividen en tres posiciones: la que quiere la quiere rechazar de lleno, encabezada por Federico Pinedo (PRO); la que apunta a la despenalización pero no legalización, que impulsa Rodolfo Urtubey (PJ); y quienes rechazan que los menores de entre 13 y 16 años puedan decidir la interrupción sin permiso de los padres, comandada por los senadores cordobeses Laura Rodríguez Machado y Ernesto Martínez (Cambiemos) y Carlos Caserio (Unión por Córdoba).
En este marco, empieza a perfilarse el proyecto y desde ambas posturas intentarán que los nueve «indecisos» voten según los intereses de los diferentes grupos. Según publica La Nación, a las 14 los senadores kirchneristas María de los Ángeles Sacnun (Santa Fe) y Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), la radical Pamela Verasay (Mendoza) y Sigrid Kunath (PJ-Entre Ríos), se reunirán para «sumar nombres nuevos» y buscarán que «no hayan participado» en el debtae de la Cámara baja.
Desde la otra vereda, la estregia será limitar el debate a «opiniones técnicas», de acuerdo a Pinedo. En este grupo se suman senadoras como las radicales Silvia Elías de Pérez (Tucumán) e Inés Brizuela y Doria (La Rioja), y la renovadora salteña María Fiore. «Lo de las opiniones técnicas no está cerrado, porque hay cuestiones humanas que exceden lo técnico y merecen ser escuchadas», salió al cruce Sacnun en diálogo con LN.