Todo comenzó en las últimas semanas, Pepe Cibrián estuvo en el centro de la escena mediática. El director teatral estuvo en boca de todos por un video de su novio, Nahuel Lodi, donde aparece besándose con otro hombre en un boliche.
Con la aparición del material en cuestión, el director teatral acaparó la atención de los programas de espectáculos. El debate en la TV se focalizó en los pormenores de la relación del referente de los musicales y su pareja.
Pepe y Nahuel atravesando por una fuerte crisis. Después de días difícil, el joven decidió viajar a Córdoba (donde se encontraba Pepe) para intentar reconstruir el vínculo.
«Vino de visita y para hablar. Tendremos que charlar. Eso no implica nada. La vida dirá. Nada es grave», afirmó el referente de los musicales luego de reencontrarse con su pareja.
Pepe Cibrián publicó un video, donde lee una carta que escribió para referirse al revuelo que se armó alrededor de su vínculo con Nahuel Lodi, supuesta preocupación por la integridad de su patrimonio.
En dicha grabación, el director teatral asegura que «se ha hablado indiscriminadamente de mis afectos» y «han lanzado comentarios aberrantes hacia mi persona».
Además, Cibrián advierte que no descarta iniciar acciones legales. «Esta campaña de desprestigio y este daño provocado deberá ser reparado. No me quedaré callado, solo que arbitraré los espacios que institucionalmente corresponden», sostuvo.
El referente de los musicales enfatizó que todo el revuelo que se armó le provocó un enorme daño. «Descalificar al otro genera publicidad y rating, pero también daños irreparables a mi persona, en mi salud y en mi relación de pareja», sentenció.
La carta completa de Pepe Cibrián luego del revuelo por su relación con Nahuel Lodi
Por respeto a ustedes y a mí mismo frente a tanto ensañamiento y alevosía hacia mi persona por parte de cierto sector del periodismo es que he decido romper el silencio.
Se ha hablado indiscriminadamente de mis afectos, frente a las vivencias afectivas producto de mi reciente historia con Nahuel, opinando y calificando los sentimientos más profundos sin reparo que traté de tolerar entendiéndolo como algo propio del interés por las noticias comúnmente denominadas del corazón. Y aún aquellas opiniones que son contrarias a mi sentir.
Pero luego como una tormenta perfecta con una conveniente puntualidad, en un momento histórico de nuestro país y economía en estado agónico, comenzaron a lanzarse comentarios aberrantes hacia mi persona con imputaciones gravísimas afectando derechos personalísimos que hacen a mi intimidad, a mi buen nombre y honor. Los que por su gravedad y falta de asidero no responderé por esta vía, sino en la justicia.
Es muy fácil formular cualquier imputación en un medio y requerir por esta vía un comportamiento propio de la justicia (como un careo de absurdos y ofensivos dichos cuya gravedad no merece respuesta) más que la que puede ofrecer la justicia. Donde quien alega debe probar.
Se mancha la imagen de mi persona y del teatro todo, al escuchar decir que en ese medio EL TEATRO, todo es corrupto (donde se permite decir que se abren puertas y hay gente drogándose, otra puerta gente teniendo sexo indiscriminado). No es eso, no es el teatro.
El teatro es arte, y los éxitos logrados son en base a esfuerzo de talentos que no recurren a ninguna injuria para intentar brillar por un minuto, sino el teatro es esfuerzo formativo, horas de baile, canto, entrenamiento, estudio de la letra y la música, con pasión y noble vocación, eso es el TEATRO aquí y en el mundo.
No es posible, ni justo que personas en busca de pobres minutos de fama para lograr un espacio de aire, lo hagan en base a mentiras. Todo debe tener un límite. Se ha acusado a mis allegados de robar en mi propia casa, mostrando un dibujo con nombres de mis seres queridos y colaboradores más cercanos -sin pruebas- causándome daño a mí, a ellos y a sus familias.
Se me ha acusado de quitarle la casa a mi tía… a quien cuido en mi propia casa y desde hace años protejo como a mi madre, dado que lo ha sido tanto como la Campoy, a quienes amé y protegí toda mi vida. Fui degradado públicamente por un ignoto personaje que habló de mis presuntas conductas sexuales y esto fue permitido por un grupo de profesionales, una producción y un canal de televisión, quienes deberán responder por violentar el principio de no dañar mis derechos personalísimos.
Se ha desacreditado al Teatro El Globo, descalificando sus instalaciones y paredes que albergaron figuras de talento y trayectoria. Se han nombrado como cómplices de barbaridades a personas que formaron parte de mi cercanía y que gozan de mi respeto más profundo como Lecture quien ya no está, estrellas de la música y el teatro a quienes admiro: la Lapacó, Cecilia Milone y a tantas personas que respeto por su trayectoria.
Y ahora cabe un interrogante: ¿cuál es el fin de todo esto, que se persigue? ¿Qué hay detrás?
Toda mi vida honré el trabajo que me enseñaron mis padres, mi tía, mis ancestros. Amo el teatro hasta los huesos, dí vida entera al arte de crear letra y música por generaciones, honré mi condición de hombre en la VIDA NO EN LA CAMA, y luché por la dignidad y el amor verdadero de un MATRIMONIO IGUALITARIO. Y me considero un ciudadano ilustre y respetuoso de la ley y las instituciones.
Esta campaña de desprestigio y este daño provocado deberá ser reparado. No me quedaré callado, solo que arbitraré los espacios que institucionalmente corresponden. Hay una justicia funcionando e instituciones sólidas y democráticas hábiles para dirimir las cuestiones, pero no frente a la impunidad imperante en estos últimos días frente a un micrófono de medios irresponsables, donde descalificar al otro genera publicidad y rating, pero también daños irreparables a mi persona, en mi salud, en mis oportunidades laborales y proyectos, daño en mi familia, en mi entorno, en mis colaboradores, en mi relación de pareja, pero no puedo permitirlo con mi historia y con el público a quien debo mi vida y dediqué mi arte.