El financista de Néstor Kirchner admitió que se quedaba con parte de la plata de la corrupción. Pidió convertirse en arrepentido, pero el juez Bonadio todavía no aprobó el acuerdo.
Ernesto Clarens dio detalles del entramado de corrupción y entregó a la Justicia un pendrive con una lista de 120 obras en las que había sobreprecios y por las que se pagaron sobornos que él mismo cobraba.
Clarens aparece mencionado por algunos empresarios como receptor de los bolsos con dinero de sobornos que les pagaban a exfuncionarios de la gestión kirchnerista. El financista solicitó acogerse al régimen del arrepentido, pero el acuerdo todavía no fue homologado por el juez federal Claudio Bonadio.
Según consigna TN, en su última presentación dijo sobre la planilla que le entregó al fiscal federal Carlos Stornelli que de las 120 obras consignadas, en 95 de ellas los empresarios que se las adjudicaban tenían que pagar “retornos”. El financista descontaba el 20% de los certificados de obras.
El dinero era entregado a Daniel Muñoz, el difunto secretario personal de la familia Kirchner. Clarens fue citado a indagatoria para este jueves; lo que diga será clave para que Bonadio considere convertirlo en un arrepentido.
