El Presidente encabezó en la Casa Rosada un acto en el que se brindó un homenaje a las víctimas de la represión de los días 19 y 20 de diciembre de 2001, con la presencia de familiares de los fallecidos.
El presidente Alberto Fernández señaló que hoy es «es un día triste» y es «un día de memoria» donde se rinde «un tributo a las víctimas de la violencia institucional que se desató cuando el pueblo salió a la calle a decir basta contra un modelo económico».
Fernández formuló estos conceptos en el acto para recordar a las víctimas de la represión del 2001, en el acto que se llevó a cabo en Casa Rosada con la presencia de familiares de los fallecidos, representantes de organismos de derechos humanos y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti.
En el mismo, se le brindó un homenaje a las víctimas de la represión de los días 19 y 20 de diciembre de 2001 y Fernández descubrió una placa en memoria de las mismas y dijo: «Que los que ya no están sepan que sus nombres quedaron grabados en la memoria colectiva, que la vida que entregaron no ha sido en vano».
Además, el Presidente anunció el envío al Congreso de un Proyecto de ley que establece un beneficio reparatorio, en concepto de indemnización, con respecto a las personas que hubiesen fallecido o sufrido lesiones gravísimas como consecuencia de la citada represión.
Fernández había asumido el compromiso de elaborar dicho proyecto durante un encuentro que mantuvo en Casa Rosada el pasado primero de diciembre con un grupo de familiares que estuvieron en esa reunión: Marta Adelaida Almirón y Héctor Fernando Fiori, madre y hermano de Carlos Almirón; Adriana Ochoa, prima de Gustavo Benedetto; Marta Pinedo, esposa de Alberto Márquez, que asistió al encuentro junto a su hija María Soledad Aguilera; y María Arena, esposa de Gastón Riva.
En tanto, en horas del mediodía, el Jefe de Estado llamó a “desterrar definitivamente cualquier forma de violencia institucional y seguir preservando los derechos que tenemos en una República de hablar libremente y de quejarnos libremente”, a la vez que enfatizó: “En verdad, lo que tiene que hacer el Estado es escuchar, no disparar tiros”.
El mandatario enfatizó que “al cumplirse 20 años de aquellas jornadas, nos pareció propicio que el Estado nacional, institucionalmente, se hiciera cargo de lo ocurrido, que no pasara como un día más, como una marcha más de gente que busca reivindicar la memoria y busca la justicia que nunca llega. La justicia en este caso tardó en llegar 20 años y la verdad llegó mínimamente porque ninguno de los condenados fue condenado por los homicidios ocurridos, sino por delitos que me animaría a decir menores”.
En esa dirección, consideró que “llegó 20 años después porque los que tenían que firmar el fallo sabían que esta plaza se iba a colmar de gente el día 20 reclamando justicia y quisieron acallar esas voces”.
Tras descubrir la placa, el mandatario dirigió un mensaje a los familiares que se acercaron: “Todas las muertes ese día fueron injustas, no hubo ninguna muerte justificada y el dolor que ha causado en padres, hermanos, es enorme. Nosotros vamos a ocuparnos que el Estado repare el daño que causó, de eso no tengan dudas, pero tampoco tengan dudas que cuando sientan que la realidad les pesa demasiado, pídanos ayuda, hablen con nosotros”.
“Si es algo que tenemos claro, es que son víctimas y por lo tanto a las víctimas solo nos queda abrazarlas y ayudarlas a cargar el peso que las muertes han dejado. Estoy con ustedes, todo el Gobierno y el Estado argentino hoy está con ustedes. Mucha fuerza y a seguir adelante”, concluyó.