El fiscal federal Federico Delgado advirtió hoy que la ley «se transformó en un arma para destruir y presionar» y subrayó que «es cada vez más difícil investigar al poder».
«La Justicia argentina está muy mal, en un grado de descomposición. La ley ha sido despojada de todo contenido ético y moral, por lo tanto un mecanismo que nació para fundar libertades y cuerpos políticos se transformó en un arma para destruir, presionar o resolver anómalamente conflictos», sostuvo el integrante del Ministerio Público.
En diálogo con FM La Patriada, Delgado consideró que se está ante «una situación muy compleja» porque «la ley se transformó en una herramienta que la utiliza aquel que tiene poder político o económico».
«Eso degrada aún más la vida pública, desincentiva a los ciudadanos a concurrir a la Justicia y nos acerca cada vez más a un Estado prepolítico», añadió.
En ese sentido, el fiscal federal analizó que «la política se desplazó hacia el espacio judicial, porque permite a muchas personas que no pueden construir mayoría conseguir a través de una denuncia o un amparo lo que no pueden conseguir en un Parlamento».
«El sistema judicial y la institucionalidad en general es muy permeable a intereses particulares. Eso hace que la Justicia, que fue pensada como un poder moderador, a veces juegue el juego que debe controlar», expresó.
Y agregó: «En la Argentina es cada vez más difícil investigar al poder y hemos llegado al nivel en que se inventan causas. Lo peor de todo es que quienes tienen que ejercer el control sobre eso permanecen como mínimo indiferentes».
Asimismo, el integrante del Ministerio Público Fiscal destacó que «el tema de los cuadernos va a ser un antes y un después, termine como termine, porque va a cambiar la relación entre el Estado y la comunidad de empresarios, así como también porque es un desafío para la Justicia».
Finalmente, Delgado también se refirió a la polémica generada en torno a la aplicación de la prisión preventiva: «Tiene que ser una excepción. Tiene que haber juicios rápidos. No puede funcionar como una pena anticipada para calmar las ansias de regeneración institucional que con razón tiene la sociedad».
Fuente: NA