Desde la provincia de Buenos Aires el gobernador trabaja arduamente para que el candidato de UxP gobierne el país a partir del 10 de diciembre.
El gobernador Axel Kicillof se impuso en las elecciones del domingo pasado con el 45% de los votos en la provincia de Buenos Aires y tiene una hoja de ruta definida para su segundo mandato pero hasta el 19 de noviembre, fecha del balotaje entre Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza), considera primordial trabajar para garantizar el triunfo del peronismo a nivel nacional.
“No hay tiempo para festejar demasiado. Ya estamos en campaña de nuevo. La provincia tiene que ser la palanca y locomotora para garantizar el triunfo de UxP. En pocos días se define el mapa político de la Argentina y el único objetivo es que Massa sea el presidente de la Nación”, explican allegados al mandatario bonaerense.
La provincia fue decisiva en el resultado del domingo 22, dado que en el distrito, Massa logró una ventaja de 1.691.055 votos sobre Milei cuando la diferencia a nivel nacional entre ambos fue de 1.761.647 votos.
Consciente de que esa jurisdicción es un pilar fundamental para inclinar la balanza y garantizar el triunfo de UxP, la misma noche del domingo, en el cierre de su discurso en el bunker, Kicillof salió a pedir el voto para el tigrense.
Con el mismo objetivo, el miércoles siguiente, reunió en el Salón Dorado a los intendentes bonaerenses justicialistas y junto al ministro de Economía dieron inicio al operativo balotaje pidiendo “militar sin descanso” hasta el 19 de noviembre con una estrategia ordenada “porque la elección no está ganada”.
En La Plata descartan que Kicillof seguirá en modo campaña 24×7 “como hasta ahora” de manera bien territorial y explicando en actos políticos, inauguraciones y mateadas “todo lo que se pone en juego para esta provincia: las obras, la salud y la educación pública”.
“Es la derecha o los derechos. Se seguirá clarificando cuán dañino es el proyecto de Milei y se planteará que romper todo nunca puede ser una solución”, indican sus allegados.
El economista buscará hacer crecer electoralmente a la boleta de Unión por la Patria, sobre todo en los municipios donde gobierna el radicalismo y con cuyos intendentes mantiene un excelente vínculo pero también irá en la búsqueda del votante moderado del PRO y del de la Izquierda.
En ese contexto, las definiciones en torno de los cambios de gabinete tendrán que esperar. Es que desde el 10 de diciembre habrá renovación en el equipo del gobernador, ya que los ministros de Infraestructura, Leonardo Nardini, y de Justicia, Julio Alak, fueron electos como intendentes en Malvinas Argentinas y La Plata, respectivamente.
Los reemplazantes para esos cargos serán consensuados con la vicepresidenta y jefa política de Kicillof, Cristina Fernández de Kirchner y, posiblemente, se acordarán también con los intendentes bonaerenses.
En tanto, se prevé que permanezcan en el cargo Sergio Berni (Seguridad) y Florencia Saintout (Cultura), que fueron electos como legisladores provinciales, y Walter Correa (Trabajo) que fue elegido concejal de Moreno, así como el resto del staff.
Hoy la energía de Kicillof está repartida en robustecer la campaña de Massa y en alcanzar los objetivos que se trazó para el segundo mandato y, aunque desde algunos sectores le señalan que está en condiciones de disputar la presidencia del Partido Justicialista -porque logró consolidar su liderazgo dentro del peronismo- cerca del mandatario afirman que ello no está entre sus objetivos.
En la Gobernación grafican que “la primera gestión fue de reconstrucción, hubo que unir los pedazos de una provincia que estaba hecha pelota”. Ahora, el foco estará en la materialización del plan de desarrollo “6×6″ que abarcará los años 2023-2027.
“Se inauguraron 201 nuevas escuelas y se arreglaron más de 6.609. Ahora vamos a trabajar sobre los contenidos y la generación de nuevas currículas. Se incorporaron 5.000 policías y 4.529 patrulleros. Ahora se profundizará en la prevención del delito con más presencia policial en las calles”, puntualizan.
Las obras públicas también ocuparán un lugar central en la agenda del segundo mandato. Se menciona la pronta licitación de la última etapa de la mega obra del Río Salado, la inauguración de más de 100 escuelas en los próximos seis meses, la construcción de cientos de viviendas con servicios en toda la provincia, la transformación de calles de tierra en asfalto, trabajos en puertos y la expansión de la red de rutas.
En el ámbito de la salud, la integración del sistema continuará siendo una prioridad dado que aseguran que se seguirá impulsando la creación de centros de atención primaria con el fin de descongestionar los hospitales y se planea establecer una red provincial de emergencias.
El gobernador también está dispuesto a dar la discusión en torno a la creación de una Legislatura unicameral pero considera que antes de abordar ese proyecto es necesario debatir modificaciones en aspectos de la Constitución, tales como la estructura de la Dirección General de Educación -cree que debería ser un ministerio-, la agilización de los procesos administrativos y el financiamiento de los partidos políticos.
En el ámbito legislativo, Kicillof impulsará la sanción de la Ley de Ética Pública, una iniciativa enviada hace más de un año y que todavía no fue aprobada. Asimismo, considera imprescindibles los nombramientos judiciales pendientes y la aprobación de la ley que establece la creación del Instituto Tomás Perón, para impulsar la producción de medicamentos.
Para Kicillof, la realización de todos esos proyectos sólo son viables bajo una presidencia de Massa y no de Milei, quien aboga por recortes drásticos en el gasto público. Por eso, hasta el balotaje, pondrá toda su energía en ayudar al ministro de Economía.
LOS VOTOS EN LA PROVINCIA CUMPLIERON UN ROL CLAVE
El gobernador bonaerense Axel Kicillof (Unión por la Patria) salió fortalecido de las elecciones del domingo pasado al obtener el 45% de los votos para su reelección, con más de 20 puntos de ventaja sobre Néstor Grindetti (Juntos por el Cambio), y logró no sólo recuperar intendencias para el oficialismo, sino que se convirtió en un aliado estratégico para el candidato presidencial, Sergio Massa, traccionándole votos para posicionarlo en el balotaje.
La trascendencia de los comicios bonaerenses en la construcción del resultado nacional se entiende si se observa que, en ese distrito, Massa logró una ventaja de 1.691.055 votos sobre Javier Milei, cuando la diferencia a nivel nacional entre ambos fue de 1.761.647 votos.
En las elecciones generales de 2015, en la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, la candidata a gobernadora de Cambiemos, obtuvo porcentajes de voto idénticos a los alcanzados por el postulante presidencial, Mauricio Macri, a nivel nacional.
Sin embargo, en las elecciones de 2019, cuando a nivel nacional el triunfo fue para Alberto Fernández, del Frente de Todos, Kicillof, el postulante a gobernador, logró una ventaja del 4% en la categoría de gobernador en la provincia de Buenos Aires.
El domingo pasado trajo consigo un cambio significativo dado que, en territorio bonaerense, los votantes respaldaron al binomio Kicillof-Verónica Magario con un margen del 6% más amplio que a Massa.
Otro dato relevante es que en ocho municipios de la provincia, Kicillof obtuvo más votos que el candidato a intendente de su propio partido, mientras que en 130 de los 135 municipios, superó en votos al candidato a presidente de su misma coalición.
Por lo tanto, el gobernador está convencido de la necesidad de que Massa sea presidente y entiende que su participación en la campaña en un territorio con 13 millones de electores será un valor agregado para sumar nuevas voluntades e inclinar la balanza de cara al balotaje.