Michael Verón rompió el silencio y manifestó que se encuentra «con tratamiento psicólogo y psiquiatra».
De un instante para el otro, a Michael Verón le cambió la vida para siempre. Él era un cabo que se encontraba en el Regimiento de Infantería de Monte 30, en la ciudad misionera de Apóstoles.
Sin embargo, en un ritual de bienvenida se cayó en una pileta semivacía que le ocasionó una lesión raquimedular que lo dejó parapléjico.
«No recuerdo muchas cosas, pero el 8 de julio del año pasado mi familia recibió la peor noticia, que nos cambió la vida a todos», comenzó relatando en diálogo con Yo No Fui, por Radio Con Vos.
Además, agregó: «Estaba haciendo la carrera militar de suboficiales. En una bienvenida en el destacamento de Apóstoles, Misiones, tuve una caída en una pileta semivacía, que me produjo una lesión raquimedular, dejándome parapléjico. Tuve varias intervenciones quirúrgicas».
«Estoy con tratamiento con psicólogo y psiquiatra, estoy medicado, porque la verdad se me hace muy pesado todo esto y lamentablemente me llevé la peor parte», aseveró.
A su vez, prosiguió: «Ninguno de los que participó en la bienvenida se comunicó conmigo o me pregunto cómo estaba. Acá en Buenos Aires me brindaron el apoyo médico. De los chicos que participaron, que fueron alrededor de 20, sólo a 7 le dieron la destitución».
Por último, subrayó: «Para mí el apoyo de mi familia en estos momentos es muy importante. Hace un año que estoy dentro de 4 paredes, que no salgo. Hace un mes que le vengo pidiendo al ejército el móvil para que mi familia pueda venir a visitarme. Ellos me quieren poner sus días».
Por la causa, un total de 26 integrantes del cuartel enfrentaron un sumario ante el Consejo de Disciplina del Ejército. El comandante de la Brigada de Monte XII, el teniente coronel Sergio Jurczyszyn, subrayó que la investigación finalizó con 15 militares con sanciones leves, otros siete con hasta 60 días de arresto, y siete fueron destituidos por ser los que tenían mayor responsabilidad en el ritual.