Luego de triunfar en los comicios, el gobernador electo manifestó que dieron «una señal hacia la política de que las grietas hacen mucho daño».
El flamante gobernador de la provincia de Neuquén Rolando Figueroa celebró su victoria electoral sobre el Movimiento Popular en su bunker, tras romper una hegemonía de 60 años en el territorio sureño.
«Las primeras palabras son de agradecimiento al pueblo neuquino por una jornada cívica», sostuvo en su alocución.
«Dimos una señal hacia la política de que las grietas hacen mucho daño. Desde Neuquén hemos enviado una señal muy fuerte a nivel nacional», enfatizó.
En declaraciones a la prensa, el mandatario dijo que «la transición está especulada en una ley, pero el gobernador (Omar Gutiérrez) es un hombre de estado y no va a tener problemas en tener reuniones».
«Decíamos que la elección se había polarizado y evidentemente se había polarizado y esto es por el gran acuerdo que logramos en Neuquén», resaltó.
Y concluyó: «Acá vemos que ganamos los neuquinos, hemos dado una manifestación para poder llevar adelante las posibilidad de ver crecer a la provincia desde otro lado. Nosotros no queremos derrame, queremos que los neuquinos tengan el plato principal».
Rolando Figueroa fue elegido con el 35,64% de los votos respecto al candidato del MPN, Marcos Koopmann que alcanzó el 33,14%.