El fiscal Federico Delgado decidió el mismo destino para los colaboradores del radical.
El fiscal federal Federico Delgado imputó al senador Juan Carlos Marino y a sus colaboradores, quienes fueran denunciados por una empleada del Congreso de la Nación por presunto abuso sexual cometido entre 2016 y 2018.
Fuentes judiciales informaron que el fiscal, en el dictamen presentado ante el juez federal Ariel Lijo, también imputó al colaborador del senador Pedro Fiorda, y a Juan Carlos Amarilla, este último presunto empleado parlamentario.
Delgado pidió como medidas de prueba citar a testigos, algunos de ellos colaboradores del Senador, e invitar al senador radical si quiere aportar su celular para analizar mensajes y llamados en función de que la denuncia refiere a mensajes que habría recibido la denunciante, Claudia Mabel Guebel, con insinuaciones sexuales.
El fiscal pidió como medidas que la denunciante declare en Cámara Gesell para ampliar sus dichos, sobre todo en referencia al período temporal en que habrían ocurrido los hechos y todavía no esta precisado, y para consultarla sobre si quiere aportar las comunicaciones que dice haber recibido mediante mensajería de WhatsApp.
Por otra parte, pidió que la Presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación informe si hubo otro tipo de denuncias de características similares a la de Guebel, aunque con otros actores.
La Presidencia del Senado, asimismo, deberá informar si iniciaron actuaciones relativas a estos hechos denunciados en la Justicia.
Delgado pidió acceder al teléfono de Fiorda y analizar sus llamados entrantes y salientes luego de poder acceder al mismo; e invitarse al senador Marino “para que decida si quiere aportar su celular, aunque el acceso a sus comunicaciones debe solicitarle de acuerdo al citado artículo 1 de la ley 25.320 para evitar futuros planteos de nulidad”.
“No se podrá allanar las oficinas citas en el Congreso de la Nación, de los legisladores ni la intercepción de su correspondencia o comunicaciones telefónicas o electrónicas sin la autorización de la respectiva Cámara”, sostiene el artículo 1 de dicha ley.
Por último, pidió que sean citados testigos, entre ellos sugirió el fiscal a Hipólito Solari Yrigoyen y a los colaboradores del senador quienes se retiraron de su oficina cuando la víctima ingresó por primera vez; o al perito Claudio Presman que acompañó la denunciante durante su acusación.
La mujer explicó que trabajó con Marino “hasta hace tres meses” luego de un año de haberlo hecho y que “los días 14 de cada mes” se “presentaba en el despacho del senador para conseguir la firma del certificado de asistencia”, ya que trabajaba mayoritariamente desde afuera del Congreso.
Ella contó que ingresó a la Cámara de Diputados como empleada en 2001, pero a partir de 2004 y hasta 2016 se desempeñó como secretaria de la Convención Nacional de la UCR.
A continuación, volvió a trabajar en Diputados, en la comisión de Juicio Político, hasta que hace aproximadamente un año empezó a desempeñarse como asesora de Marino.
“Empecé a recibir mensajes de WhatsApp a mi teléfono celular desde su teléfono celular (por Marino) en los que me decía ´Dónde estás?´, ´Dónde vivís?´, ´Voy a estar por allá, me doy una vuelta´, ´Preparate que voy a tu casa´. Me enviaba videos alusivos al sexo. Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana”, sostuvo la mujer en su denuncia.
Asimismo, señaló que “trataba de contestarle con respuestas evasivas que no comprometieran” su “trabajo y que tampoco le den a pensar que estaba interesada en lo que” le “proponía”.
“Los día 14 de cada mes me presentaba personalmente en el despacho del senador para conseguir la firma del certificado de asistencia. La primera vez que me presenté en el despacho de Marino, me hizo pasar a su oficina donde se encontraban varias asistentes que al notar mi presencia automáticamente salieron del despacho. Una vez que nos encontramos solos directamente me toco los pechos y me preguntó cuándo íbamos a tomar un café”, remarcó.
Enseguida, agregó que Marino le “dijo que aguardara su llamado que en cualquier momento” se veían.
En la denuncia, la mujer también involucró al jefe de despacho del pampeano, “Pedro ´Cachi´ Fiorda, a quien también acusó de presunto abuso.
“Al mes siguiente, concurrí al despacho del senador, me atendió en esta oportunidad Pedro Fiorda, quien me hizo pasar a su oficina. En esta ocasión me dio conversación, me invitó a sentarme, me comentó que Marino tenia aspiraciones de ser gobernador de la Provincia de La Pampa y que tenía intenciones de hacer una operación política acusando de pedofilia al por entonces pre candidato a gobernador de La Pampa por Cambiemos”, indicó.