El periodista fue agredido durante la cobertura de los disturbios ocasionados el lunes en los alrededores del Congreso.
El periodista Julio Bazán continúa internado en la sala intermedia del Sanatorio de la Trinidad de Palermo tras la dura agresión que recibió el lunes durante las manifestaciones en los alrededores del Congreso en contra de la Reforma Previsional.
Durante la mañana del miércoles, Bazán publicó en su cuenta personal de Twitter una imagen donde se lo ve ensangrentado por un golpe que recibió en la cabeza y lo tituló como “Documento de la barbarie contra la prensa, que no podrá detener nuestra vocación de informar”.
Más tarde, en dialogo con Marcelo Longobardi, el periodista de 71 años reconoció que “la intención era destruirme, estaban desaforados”. “Buscaban hacerme daño por todos los medios. Mis hermanos me decían que si me llegaba a caer, por el clima que había, me mataban a patadas.”, agregó.
“Todavía tengo la boca hinchada y dificultades para hablar porque me quemaron por dentro con la ceniza”, dijo.
Respecto a su actual estado de salud sostuvo que “están viendo una tomografía que me hicieron para ver si los golpes que me dieron en el abdomen y en la columna tuvieron alguna repercusión”.
Además, destacó la ayuda que recibió por parte de los metrodelegados quienes le “salvaron la vida”: “Cuando me metieron en la boca del subte, porque una piedra me partió la cabeza, me encerraron en una habitación gremial que tienen ellos, con puerta blindada, porque la turba quería bajar”.