“No quiero una campaña sucia, no es mi forma de hacer política”, afirmó el precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Las polémicas declaraciones de Aníbal Fernández sobre la gobernadora bonaerense estallaron puertas adentro del kirchnerismo y tras las negativas repercusiones muchos dirigentes del espacio comenzaron a despegarse, como en el caso del precandidato a presidente Alberto Fernández, el aspirante a la jefatura de Gobierno porteño, Matías Lammens, y el diputado Facundo Moyano.
En esta oportunidad, el exjefe de Gabinete K había comparado a María Eugenia Vidal con el femicida Ricardo Barreda. Después de que desde el oficialismo salieron a repudiar sus dichos, el postulante a gobernador de la provincia Axel Kicillof tomó distancia de la postura del exfuncionario y lo criticó con dureza.
“La comparación con un femicidio me resultó penosa. Desde un primer día, mi campaña se trató de proponer y discutir ideas. No quiero una campaña sucia ni de agresiones”, indicó en una entrevista en Radio 10 y aclaró: “No es mi forma de hacer política. Mi campaña es mucho más sencilla, se trata de recorrer la Provincia”.
La frase se desencadenó después de que Aníbal Fernández, en diálogo con Futurock FM, disparara: “Se acuerdan de que tenía una publicidad que decía ‘¿Con quién dejarías a tus hijos: con María Eugenia Vidal o con Aníbal Fernández?’. Yo sabes a quién no se los confío: ¡A ella! Después veo con el resto, por ahí se lo dejó a [Ricardo] Barreda, a ella no”.
Luego de asemejarla con el odontólogo que mató a su esposa, hijas y suegra en 1992, el exministro de Gabinete K opinó que la gestión de Vidal “es impresentable y vergonzante”. “Lo que estamos viendo es una catástrofe atrás de otra, todo provocada por ella”.