El proyecto contempla un respaldo legal para los donantes
La Cámara de Diputados aprobó con modificaciones la ley que facilita la donación de alimentos e intenta evitar el desperdicio.
El proyecto, presentado por el senador Miguel Angel Pichetto, ya obtuvo media sanción el 29 de noviembre del año pasado en el marco de la campaña “ley donal” (Donación de Alimentos en Buen Estado) impulsada por los bancos de alimentos de todo el país.
El artículo, vetado a fines de 2004, deslinda de responsabilidad a los donantes por los daños y perjuicios que pudieran producirse, siempre y cuando la donación se hubiese efectuado de buena fe, “sin ocultarse vicios de la cosa y contando los alimentos con los controles bromatológicos”.
Desde el Banco de Alimentos Rosario (BAR), instaron a los legisladores a aprobar la medida “para que las empresas se animen a donar más”, dado que los donantes de alimentos en Argentina hoy no cuentan con ningún respaldo legal.
“La aprobación de esta ley será un primer paso que permitirá, en los próximos años, rescatar por lo menos el 10 por ciento de todos los alimentos que se tiran y con eso contribuir con la alimentación de las 3 millones de personas que en Argentina sufren hambre”, insistieron desde BAR.
“Necesitamos el apoyo y compromiso de toda la sociedad para construir una Argentina bien nutrida y sin hambre”, cerraron en un comunicado difundido ayer.
El proyecto cuenta con el abierto rechazo del Frente Para la Victoria. La postura del bloque la explicó el diputado Adrián Grana: “Como política para mitigar el hambre en la Argentina nos parece una real porquería producto del cinismo que esta llevando adelante el Gobierno en cada una de sus políticas. Da vergüenza ajena que a nuestros pobres se los quiera consolar con propinas, con changas y con comida que se está pudriendo”.
De acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el desperdicio anual de alimentos a nivel mundial asciende a 750 mil millones de dólares. Un documento de la FAO, además, confirma que en todo el planeta cada año se pierden 1.300 millones de toneladas de alimentos que todavía están en condiciones de alimentar a millones de personas de bajos recursos.