Estaba entre los 19 pares secuestrados en la casa que alquilaban los rugbiers detenidos por el crimen de Villa Gesell.
Esta zapatilla negra y con suela de goma blanca con manchas de sangre la llevaba puesta en el pie derecho uno de los asesinos de Fernando Báez Sosa en la noche de su muerte, a la salida del boliche Le Brique el sábado pasado. Ahora la justicia deberá determinar quién es el dueño de ese calzado.
La Policía de Tierra del Fuego identificó ayer el “modelo y tipo” con el que patearon en la cabeza a Fernando Báez Sosa (18) en Villa Gesell. Fue a través de una impronta que quedó marcada en la cara de la víctima, informó oficialmente esa fuerza de seguridad que cuenta con una base de datos con más de 10.000 modelos de zapatos y zapatillas.
Desde la provincia del sur indicaron que el proceso comienza al detectar qué figuras predominan en un sector parcial de la pisada, filtrar esa información por un sistema, cruzarla con otras características y llegar a una conclusión.
Mientras tanto, cuatro de los diez rugbiers detenidos, entre ellos los dos principales sospechosos, serán sometidos a reconocimientos fotográfico en lugar de presenciales, debido a que después de seis días detenidos perdieron el bronceado y consideran que están en desventaja con los demás extras.
Esta medida fue solicitada porque “los chicos, con estos días que han estado encerrados, han perdido el color tostado de la piel y las personas que han encontrado para conformar las ruedas están mayormente bronceadas”, explicó el abogado de los padres de Fernando.