El nuevo arrepentido en la causa de los “cuadernos de la corrupción” realizó una explosiva declaración y reveló varios lugares donde Daniel Muñoz, el fallecido ex secretario del ex presidente, habría escondido dinero.
Tras la aceptación del juez federal Claudio Bonadio para que se convierta en un nuevo arrepentido en la causa de los “cuadernos de la corrupción”, el ex contador de Néstor y Cristina Kirchner, Víctor Manzanares, se convirtió en un testigo clave. “Ojalá mi testimonio sirva para que otros se suban a este nuevo colectivo, que es el de la verdad”, dijo a Clarín luego de declarar.
El ex colaborador de los ex mandatarios fue procesado con prisión preventiva en esta causa, pero ya estaba detenido en el penal de Ezeiza desde antes por el caso “Los Sauces”, en el cual se investigan maniobras de lavado de dinero que involucran a la ex presidenta y sus hijos, Máximo y Florencia.
En su declaración, Manzanares confesó que los negocios de Muñoz ascienden a 150 millones de dólares sólo en Argentina, en los rubros farmacéutico, inmobiliario, transporte e insumos médicos, y también reveló cómo fue que arregló con el ex juez Norberto Oyarbide para conseguir el sobreseimiento del matrimonio en la causa por enriquecimiento ilícito.
A su vez, el ex contador contó que un día Muñoz le pidió encontrarse con él y le solicitó que guardase unos bolsos y mochilas, por razones de seguridad, que los llevó a su casa y que en ellos “había entre 20 y 30 millones de dólares en total, en billetes de dólares y euros”. Además, dijo que le ofreció “trabajar con él” y que al otro día aceptó la propuesta.
“Muñoz era un corruptor de almas, entre ellas la mía. A él no le interesaban los dividendos, él copió el plan estratégico de Néstor Kirchner. En el año 2016, dos meses antes de su fallecimiento, Muñoz me envía un mensaje de texto, pidiéndome que no lo abandone y que lo perdone. Me explicó todo lo que había sucedido con los Panamá Papers. No me contó en detalle, me dijo que había comprado un montón de propiedades y que había cometido el error de ponerlas a su nombre”, manifestó.
En tanto, sobre los ex mandatarios, sostuvo: “El inicio de la familia Kirchner en la actividad hotelera no es a partir de febrero de 2008, sino dos años antes, en el año 2006. Por lo que no son tres los hoteles de la familia Kirchner sino cuatro. El complejo hotelero Los Sauces es la gema de esta colección, que tuvo los mayores niveles de valores de locación, pero menos ocupación y menos cantidad de habitaciones”.
“Este contrato significó una suma de entre US$ 10 y 11 millones de ingreso en blanco a la economía de los Kirchner. No se puede hablar de otro factor de apalancamiento financiero más importante que este”, dijo, y añadió: “Cuando falleció Néstor, el último en llegar a El Calafate fue Daniel Muñoz. Llevaba consigo las llaves de los tesoros, que eran los lugares donde se guardaba dinero. Daniel me dijo que sintió asco y repugnancia de la cara de la gente que fue a buscarlos al aeropuerto, especialmente la de Sanfelice, por la avidez que mostraban por la llaves”.
En cuanto a la senadora, señaló: “Recuerdo también que cuando murió Daniel Muñoz, Cristina me dijo ‘menos mal que se murió’, en un sentido de que parte de los secretos de Néstor y Muñoz están resguardados. Hoy, estoy poniéndole luz a esos recuerdos”.
Manzanares contó que para decidirse a hablar como arrepentido primero hizo una introspección, se apoyó en su fe católica, en su familia, pero que también lo ayudó cambiar de abogados. Era “defendido” en un principio del caso Los Sauces por el mismo letrado de Cristina y de otros presos K, Carlos Beraldi.