Así se refirió el ex presidente del Banco Nación sobre los dos desafíos que aún el Gobierno no pudo domar.
Diferenciado con algunos sectores del Gabinete, Carlos Melconian dejó el Gobierno a principios de 2017, ya que el Presidente necesitaba un equipo «más homogéneo» según le argumentaron desde el Ejecutivo.
Al momento de evaluar las políticas económicas que impulsa el Gobierno desde su asunción, aseguró que «desde el punto de vista financiero hay un exacerbado optimismo que se pasa de rosca». «Hay una liquidez mundial tipo borrachera que a mí no me gusta, pero eso está ayudando a una transición en un país que desde lo fiscal está muy atado de pies y manos de lo que recibió», explicó.
También habló de cuestiones que son más fáciles de percibir por los ciudadanos y que describe como problemas de «la economía de la calle». El empresario afirma que la actividad realizó una «U» en los últimos años. «Tuvo caída, caída, caída, caída… Y en algún momento a destiempo de lo que decía el Gobierno empezó a dibujarse la patita para arriba. Todavía no ha quebrado los niveles de 2011, 2013 ni 2015, pero ensayó una recuperación con respecto a 2016 y la mejor noticia es que existe la posibilidad de continuarla en 2018», analizó.
En ese sentido, Melconian destaca la batalla contra los precios que «se va ganando lentamente», según su apreciación. Aunque sostiene que ahora se viene la hora de la verdad: «La tasa de inflación está llegando al promedio que debe vencer, es un desafío, hay que bajar el 1,5% por mes y hay que sostenerlo en el tiempo».
Respecto al déficit fiscal, el economista indicó que su reducción «debería ir a una velocidad más importante», y desarrolló: «El financiamiento del déficit es deuda y cuando uno critica la dinámica y la sostenibilidad de la deuda, de alguna manera está criticando el déficit; no se puede criticar la deuda sin criticar el déficit».