Hay casi 30 diputados que aún no se han pronunciado a favor o en contra de la iniciativa
El proyecto para la legalización del aborto obtuvo dictamen en el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados pero con varias modificaciones respecto la iniciativa original. Con estos cambios, los impulsores del proyecto intentan que los casi 30 legisladores que aún no han definido su postura, avalen su aprobación el miércoles próximo cuando se trate en el recinto.
La normativa es principalmente apoyada por diputados de la oposición, pero en los últimos días, dirigentes del oficialismo se sacaron una foto frente al Congreso llevando los simbólicos pañuelos verdes manifestando su postura a favor de la legalización de la práctica.
En reacción, la vicepresidenta, Gabriela Michetti, había convocado a través de un mensaje de whatsapp a los funcionarios y legisladores de Cambiemos que estuvieran “a favor de las dos vidas” para realizar una «contrafoto» en oposición a la iniciativa. Pero este plan se suspendió para evitar mostrar una división interna en el oficialismo.
Los cambios
El primer cambio es la posibilidad de expresar la objeción de conciencia, iniciativa que presentó el oficialismo el año pasado y que en esta práctica, permite que los médicos que previamente se inscriban en un registro puedan negarse a interrumpir un embarazo por conviccoines personales o morales de manera excepcional.
Los centros de salud cargarán con la obligación de contar en su plantel con médicos dispuestos a garantizar el cumplimiento de la ley. Como instituciones, no podrán manifestarse en objeción sino que será una facultad individual de los profesionales.
Como segunda modificación, se remitirá al Código Civil y Comercial en el caso de las jóvenes entre 13 y 16 años que deseen realizar la práctica. Allí se dispone: «tienen aptitud para decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física».
En caso de métodos invasivos, se agrega que las adolescentes «deberá prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores», y que en caso de conflicto entre ambos «se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica».
El tercer cambio refiere a la posibilidad de realizar un aborto después de la semana 14 en casos de «malformaciones fetales graves». Y ante la polémica de quienes argumentaron que de esta manera, se estaba habilitando una suerte de eugenesia (por ejemplo, ante un diagnóstico de síndrome de Down, se específico que se contemplarán sólo los casos en los que «se imposibilite la vida extrauterina».
A su vez, se autorizará la interrupción voluntaria del embarazo luego de la semana 14 cuando las causales sean las contempladas en el actual protocolo nacional de aborto no punible: violación (en los que bastaría con una declaración jurada de la mujer, sin intervención judicial) y cuando estuviera en riesgo la vida o la salud de la mujer.
En cuarto orden, se deberá poner a disposición toda mujer que manifieste su voluntad de abortar, la información necesaria para que tome una decisión informada; lo que no significaría un período de reflexión que afecte el plazo de 5 días como máximo para la realización del aborto desde el momento que la mujer ingresa al centro de salud y decide realizarse la práctica.
Por último, el último cambio será el de reforzar las políticas de salud sexual y reproductiva con el objetivo de dotar un enfoque integral y , de esta manera, disuadir a los diputados que sostienen que el fin está en reforzar la prevención en vez de legalizar la interrupción del embarazo.