Se trata de la construcción de un gasoducto. El juez Daniel Rafecas investiga si hubo un direccionamiento para entregar la obra a la empresa brasileña.
Las ex autoridades del ministerio de Planificación Federal que dirigió Julio De Vido, son los principales apuntados en la investigación de una obra que está detenida, sospechada por corrupción y sobreprecios.
Quien tiene la causa es el juez Daniel Rafecas. Se trata del gasoducto norte que construyó Odebrecht pero nuevamente recibiendo ayuda del Gobierno kirchnerista para adjudicarse la obra. En las últimas horas, revelaron pruebas que refuerzan esta tesis: un direccionamiento y manipulación del pliego licitatorio por parte de ex funcionarios.
Según informa Clarin, «en los primeros expedientes del 6 de julio de 2005 ENARGAS manejaba un valor de obra de 1.427 millones de dólares. La cifra fue en constante aumento a través de las actuaciones libradas por la entonces secretaría de Energía que dirigió Daniel Cameron, ENARGAS con el aval del Ministerio de Planificación, siempre bajo la conducción de Julio De Vido».
La primera etapa pasó de U$S 827.960.000 a U$S 1.182,270.000. “No se encontró documentación que justificara las diferencias de costos entre etapas”, desliza la pericia. Sin embargo, para el 7 de diciembre de 2006, un día posterior a la fecha en la que Odebrecht ingresó a la obra, el valor ya era superior a los U$S 2.300 millones.
En enero del 2007, la gerencia de ENARGAS ajustó los precios nuevamente dejando el costo estimado en 2.347 millones de dólares: estableciendo un incremento de 47 millones de dólares en relación a la estimación anterior.