Tras la difusión de la foto que complica al Gobierno, el asesor presidencial advirtió que «hay que tener infinito cuidado” y criticó la movilización en homenaje a las víctimas por coronavirus.
El filósofo y asesor presidencial Ricardo Forster cuestionó la “Marcha de las Piedras” que se dio el pasado lunes en homenaje a las víctimas del coronavirus y afirmó que en la movilización “no había duelo, sino odio y bronca”.
“Veía algunas de las imágenes, al pasar, de la marcha de las piedras, y vi algunos carteles que me pareció que ahí no había duelo, sino odio y bronca, sobre todo en algunas personas, quizás en otras no”, expresó el filosofo.
El referente de Carta Abierta alertó, en declaraciones radiales, observó que “esa cosa de demonizar al kirchnerismo, que justo surja esto a partir de lo que es claramente una estrategia de destrucción de la figura del Presidente de la Nación”, tras el escándalo por la difusión de las fotos del festejo en Olivos del cumpleaños de la primera dama.
“Creo que un pueblo merece construirse de otra manera, que la democracia hay que pensarla y vivirla desde un lugar distinto, más allá de los conflictos que son connaturales a la vida democrática. Más allá de las diferencias, deberíamos aprender de este tiempo difícil a vivir de otra manera. Pero cada día me vuelvo más escéptico respecto a la posibilidad de generar eso”, señaló.
Foster apuntó contra Juntos por el Cambio y consideró que “ahora están más contaminados de sectores mucho más a la derecha”. “Entonces construye su manera de caminar hacia las elecciones apropiándose de este tipo de situaciones, de errores, de espectacularización, el amarillismo y, algo que no es menor, la propagación que tienen este tipo de prácticas”, agregó.
Respecto al escándalo generado por las fotos del festejo en Olivos en julio de 2020, el filósofo reconoció que “esta reunión no debería haber ocurrido”. “Hubo ingenuidad de Alberto Fernández, pero no debería serlo del presidente de la Nación y mucho menos de quienes deberían ocuparse de cuidar e impedir que sucedan cosas como ésta. Si alguien saca una foto, esa foto está condenada a circular. Y si esa foto incluye al Presidente y una situación como la que sucedió en julio del año pasado, se convierte en un arma de guerra. Entonces hay que tener infinito cuidado, pero no para hacer transgresiones y que no se entere nadie, sino en un sentido más profundo del término”, finalizó.