Comportamiento en los entrenamientos, diagnósticos y seguimientos, y medidas para las instalaciones y los traslados serán los tres pilares fundamentales del proyecto diseñado por la asociación madre del fútbol nacional.
Un paso hacia adelante y otro para atrás. Ese movimiento desconcertante es el que exhibe por estas horas el fútbol argentino respecto de la posibilidad de volver a las canchas. El último elemento de esta saga se conoció en las últimas horas: la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tiene listo un protocolo para que todos los planteles retornen a las prácticas.
La semana pasada se cerró con una elocuente frase del jefe de Gabinete: “Los dichos de Marcelo Gallardo están en línea con lo que queremos hacer nosotros. Estamos definiendo los protocolos necesarios para que vuelvan los entrenamientos. Se está trabajando con el Ministerio de Salud en ello para poder avanzar”, aseguró Santiago Cafiero en línea con la necesidad de volver a entrenarse manifestada por el DT de River. En el mismo sentido, la AFA dejó trascender el lunes un protocolo elaborado por su departamento médico en el que se detalla cómo habrá que practicar y cómo se implementarán los tests.
En el marco de un recrudecimiento de casos, sobre todo en el ámbito metropolitano, y apenas días después de que el mismísimo presidente de la AFA, Claudio Tapia, advirtiera que el fútbol argentino sólo volverá a las prácticas “cuando todo el país esté en fase 4”, la decisión del Gobierno y la presión de la Conmebol parecen estar apuntando a la dirección opuesta.
Dirigentes de varios clubes de Primera División admitieron que se barajan las fechas del 11 y el 18 de agosto como las de la posible vuelta a las prácticas, en tanto la reanudación de la actividad oficial estaría pensada para el último fin de semana de septiembre.
En cuanto al protocolo para la vuelta, es clave el tema de los tests, su implementación y quién se hará cargo de pagarlos. A un costo de 500 pesos cada uno, y a partir de la recomendación de los médicos de someter a cada jugador a cinco pruebas mensuales, cada club deberá desembolsar unos 750 mil pesos mensuales, si se cuenta el plantel, los auxiliares y la tarea del personal especializado. Cada club deberá hacerse cargo del gasto, lo cual prácticamente impediría que las categorías de Ascenso se pongan en marcha.
Respecto de la vuelta a las prácticas, el proyecto contempla comenzar con grupos de seis distribuidos en turnos o en canchas, dependiendo de la infraestructura de cada club. Hasta ahora, la mayor parte de los jugadores viene trabajando en forma individual, con una rutina provista y supervisada por los preparadores físicos vía Zoom.
El protocolo ideado por AFA contempla tres aspectos: comportamiento en los entrenamientos, diagnósticos y seguimientos, y medidas para las instalaciones y los traslados.
Respecto de los controles, la idea es realizar el primer test 72 horas antes de reanudar la actividad futbolística para evitar los falsos negativos. El segundo se realizará antes de la primera sesión de entrenamiento y luego semanalmente.
A la decisión del Gobierno, expresada por el Jefe de Gabinete, de impulsar el regreso a las prácticas, se suma la fuerte presión que comenzó a ejercer la Conmebol, que insiste con la vuelta de la actividad internacional para el mes de septiembre.
Urgida a su vez por la FIFA, que pretende la vuelta de las competencias internacionales lo antes posible, la entidad con sede en Asunción quiere que ese mismo mes comiencen las Eliminatorias sudamericanas, aun cuando países como Brasil, Ecuador, Perú y Colombia ofrecen panoramas preocupantes en cuanto al número de víctimas del coronavirus. En ese marco, el potente aumento de casos en la Argentina suma incertidumbre en el país pero no en la entidad que preside el paraguayo Alejandro Domínguez.
“No se puede esperar a un país que no esté en condiciones por razones extradeportivas, políticas u organizacionales, para reanudar las Copas Libertadores y Sudamericana en septiembre”, consideró el argentino Gonzalo Belloso, ex futbolista y actual Secretario General Adjunto y Director de Desarrollo de la Conmebol.
“Estas Copas son grandes porque las juegan los 10 países sudamericanos, y por eso esperamos ansiosamente que participen todos. Pero si algún país no puede hacerlo, entonces veremos de contar con la posibilidad de que jueguen en otro lado”, subrayó en declaraciones al canal TN.