«La situación es crítica para todos, en especial para los que una parte importante de su clientela son restaurantes», aseguró un bodeguero.
La industria vitivinícola afronta con preocupación las consecuencias de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, con caídas en las ventas -tanto en el mercado interno como en la exportación- y problemas en la cadena de pagos, pero con confianza en el incremento del consumo hogareño y los canales de venta online.
«El sector venía creciendo los primeros meses del año, con un aumento en los despachos tanto en el mercado interno como de exportación, pero la pandemia nos complica tremendamente», afirmó a Télam José Alberto Zuccardi, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar).
Según Zuccardi, no se trata de una situación homogénea: «Restaurantes y bares cerrados implican un duro golpe para el vino, el turismo vitivinícola pasó de 100 a cero, pero la gente se abastece en almacenes y supermercados».
En ese sentido, Eduardo López, de Bodegas López, consideró que «la situación es crítica para todos, en especial para los que una parte importante de su clientela son restaurantes, que están todos cerrados, que significó la desaparición de 30% de sus ventas».
Para el director comercial de la Bodega Jorge Rubio, Emilio Goniliski, «el escenario que nos plantea el Covid-19 pone en peligro la sustentabilidad de eslabones clave de nuestra industria, así como también de bodegas con menor capacidad de hacer frente a una restricción tan abrupta en la demanda».
«El resto del mercado está trabajando, algunos a puertas cerradas, como vinotecas, con algo de delivery, y el resto de los canales, autoservicios y cadenas de supermercados trabajando un poco menos de lo normal porque la gente compra comida, un vino ha pasado a ser un placer que muchos no pueden darse», dijo López.
Similar evaluación realizó Rafael Calderón, CEO de Bodegas Bianchi, para quien «el tema comercial es el gran problema: vinoteca, turismo y venta en bodega, con un gran impacto; restaurantes cerrados, autoservicios no abiertos al 100% y supermercados en los que la prioridad está puesta en artículos de primera necesidad».
«En marzo hubo un pico por el ‘stockeo’ antes de la cuarentena, pero abril ya se nota que es un mes muy malo, la reposición es muy lenta, la actividad está muy parada, si bien potenciamos el canal online, éste no compensa, es una tendencia que vino para quedarse pero será para el post-coronavirus», dijo Calderón a Télam.
Por su parte, Eduardo Sancho, presidente de Fecovita, estimó que hubo una «disminución del consumo, sobre todo debido al cierre de las vinotecas y restaurantes», pero confió en que «también puede haber habido un aumento porque la gente está más en su casa, acompañando las comidas».
Un tema en el que coincidieron los distintos referentes del sector fue el de los inconvenientes en la logística a partir de la declaración de la cuarentena, que se fueron resolviendo con el correr de los días, pero que dificultó la distribución y el abastecimiento.
Los problemas en la cadena de pagos, con «cuentas corrientes transitoriamente incobrables», según López; y el cierre de los bancos en los primeros 10 días, que «generó un no flujo de efectivo», para Calderón, e incluso la imposibilidad de pagarle a los cosechadores de uva, advirtió Sancho, fueron también mencionados.
Otro tema, en el que coincidieron Zuccardi y Sancho, fue el de los bajos precios que se pagaron por la uva al productor vitícola en los últimos dos años por producciones muy altas, pero como esta cosecha fue 20% menor, esperan un aumento en el precio al productor que permita abonar los costos.
Asimismo, varios de ellos plantearon su preocupación por la prohibición de la venta de alcohol en medio centenar de municipios de varias provincias; y todos coincidieron en lo positivo que fue que la cosecha se adelantara por cuestiones climáticas, lo que permitió completarla de manera satisfactoria, minimizando los riesgos de transmisión de la Covid-19.
Al ser consultados sobre el futuro del sector a corto plazo y posibles salidas a a la crisis, Sancho afirmó: «El gran desafío es cómo vamos liberando la economía con el menor riesgo posible a la pandemia».
«Estamos en una tormenta perfecta, con una cadena de pago cortada y un mercado caído que no te permite ni siquiera pagar los impuestos mínimos; llega un momento en que la situación económica va a estar por encima de lo que es la salud», agregó López.