El Kremlin debe pagar USD 117,2 millones en vencimientos de intereses y es posible que las sanciones que pesan sobre sus reservas impidan que el dinero llegue a los tenedores de los bonos.
Luego de que los países occidentales congelaran parte de sus reservas internacionales y lo desconectaran del sistema de pagos internacional, por la invasión sobre Ucrania, Rusia está al borde del default.
Rusia tiene con qué pagar y, hasta donde se sabe, tiene la intención de hacerlo. Pero como los USD 640.000 millones en reservas de divisas de Rusia están en gran parte congelados luego de la invasión a Ucrania, es posible que no pueda hacer parte de los pagos.
Ayer por la mañana, el Ministerio de Finanzas ruso anunció que aprobó un procedimiento temporal para el reembolso de las deudas en divisas, pero que se utilizarán rublos si es necesario.
El ministro, Anton Siluanov, dijo en un comunicado que “las afirmaciones de que Rusia no puede cumplir sus obligaciones de deuda soberana son falsas”.
“Tenemos los fondos necesarios para cumplir con nuestras obligaciones”, agregó y dijo que Rusia tiene que pagar los cupones de sus eurobonos el 16 de marzo y ya dio la orden a los bancos occidentales para que realicen la operación.
Siluanov también sugirió que Rusia utilizará sus reservas de yuanes para liquidar sus necesidades de divisas, pero eso también podría contarse como un impago. Si no se paga, Rusia tendrá un periodo de gracia de 30 días antes de caer formalmente en default.
En gobiernos occidentales se teme, incluso, que China asista para los pagos, en una muestra firme de apoyo que puede complicar aún más la tensión global ya de por sí llegó a niveles inimaginables pocas semanas atrás.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, dijo que las sanciones impuestas por los gobiernos occidentales a Rusia en respuesta a su invasión de Ucrania provocarían una fuerte recesión este año.
El que sufriría el presidente ruso Vladimir Putin sería el primer default ruso desde 1998 y el primer default en deuda denominada en moneda extranjera desde 1918, cuando la revolución repudió las obligaciones financieras contraídas en los años previos.