«Generará un fuerte impacto negativo en las economías regionales, especialmente en el pequeño y mediano productor» avisaron desde la CAME.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) manifiesta su preocupación por el gravamen del 17 % para las bebidas azucaradas estipulado en el proyecto de Reforma Tributaria presentado en el Congreso de la Nación hace unas semanas. El azúcar es un producto natural, noble, milenario, incluido en el Código Alimentario Nacional y aceptado a nivel internacional. Con este nuevo impuesto se castigará a todas aquellas bebidas que lo posean en su fórmula.
La medida generará un fuerte impacto negativo en nuestras economías regionales, especialmente en el pequeño y mediano productor, al plantear un impuesto interno del 17 % a las bebidas que contengan azúcares libres añadidos, mientras que las que utilicen edulcorantes no calóricos -sin azúcar agregado- tendrían una alícuota del 0 %. Estos edulcorantes son, en general, importados y sintéticos. Entonces, el gravamen solo beneficiará a unos pocos grupos concentrados y extranjeros en desmedro de una industria nacional como la azucarera. Además, los jugos naturales sin azúcar mantendrían su tributo del 4 %.
Esta suba de impuestos solo favorecerá a las gaseosas que utilizan edulcorantes sintéticos. Y lo que está en juego es mucho, ya que la actividad agroindustrial azucarera cuenta con 7000 productores cañeros, 50.000 puestos de trabajo directos, 380.000 hectáreas implantadas con caña de azúcar y 23 ingenios.