Eduardo Taiano insiste con la teoría del asesinato y que el cadáver fue acomodado para simular un suicidio.
Para el fiscal Eduardo Taiano, el informe de la Junta Interdisciplinaria de la Gendarmería determinó que “las circunstancias que rodearon la muerte de la víctima, impiden siquiera considerar la posibilidad de un suicidio” y que el asesinato cometido por dos personas -aún no identificadas- se prueba con la posición extraña en que se encontró el cadáver, las huellas hemáticas, y los pliegues de la toalla que tenía a los pies, entre otros indicios. Luego, adulterando la escena del crimen, se intentó simular un suicidio. Y en este contexto, Lagomarsino de quien sospecha pertenece a un servicio de inteligencia, facilitó el crimen con la entrega de la Bersa 22 con que fue asesinado Nisman, entre otras consideraciones.
Según el fiscal, “se trató de un homicidio, ocurrido en el interior del baño y en el que participaron dos victimarios, uno de ellos manipuló el arma, mientras que el restante lo asistió y manipuló el cuerpo de la víctima”. Y a diferencia del informe de los médicos forenses de la Morgue Judicial, Taitano avaló que “la data de muerte rondaría las 29.2 horas, con una certeza del 98%, por lo que el homicidio se debería haber producido a las 2.46 horas del domingo 18 de enero de 2015”. En el informe que había apoyado la ex fiscal Viviana Fein se había estimado la hora de la muerte a las 8 de ese domingo. Se trata de un dato clave, porque la llamada “ventana de la muerte”, más y menos 5 horas, con el informe de Gendarmería incluye a Lagomarsino.
En su convencimiento que dio un giro a la causa, el fiscal valoró el análisis de la caída del cuerpo de Nisman en el baño. Para determinar en qué posición se encontraba Nisman “al momento del disparo, como así también cómo fue su caída, se han analizado -principalmente- los rastros hemáticos hallados en el interior del baño”, junto a ciertas cuestiones médicas.
El fiscal rechazó la hipótesis de la defensa según la cual Nisman se encontraba frente al espejo al momento del disparo. En cambio, los expertos de la Gendarmería Nacional sostuvieron que Nisman “se encontraba en la posición de rodilla a tierra (pierna izquierda flexionada y rodilla derecha apoyada sobre el piso), frente al vanitory y en dirección hacia la bañera”. Allí hubo “dos personas -aún no identificadas-, una de ellas sosteniendo el cuerpo del Dr. Nisman en la posición mencionada, mientras que la restante se encontraba de pie, a la derecha y detrás de Nisman, y fue quien ejecutó el disparo mortal”.
“Resulta llamativo, y a mi entender determinante, es la posición final en la que se encontró al Dr. Nisman (decúbito dorsal con sus miembros inferiores estirados), la cual -según los peritos de Gendarmería Nacional- carece de espontaneidad y naturalidad”, subrayó el fiscal. También “resulta difícil explicar la ubicación en donde fue hallada el arma (detrás de su omóplato izquierdo), la forma en que se encontraba emplazado el cuello en torsión hacia la derecha, los pliegues verticales de la alfombra que se encontraba debajo de sus pies y los pliegues direccionados hacia arriba que presentaba su remera. Es decir, el estado en que fue hallado en su conjunto”, agregó.
“Por lo tanto, resultan razonables los argumentos esgrimidos por los peritos de la Gendarmería de las dos querellas, quienes explicaron que la posición final en la que se encontró el cuerpo se debió a la intervención de terceras personas que lo manipularon y lo colocaron de esa manera, con el objetivo de simular una caída espontánea. La falta de naturalidad de la posición en que fue encontrado impide afirmar lo contrario”, concluyó.
Fuente: Clarin