El sindicato de los obreros marítimos está intervenido desde el pasado 18 de febrero por la diputada nacional Gladys González y se acrecientan los conflictos ya que por su inacción se han perdido en menos de un año más de 2500 puestos de trabajo según lo expresado por los trabajadores.
La entidad gremial, intervenida desde el 18 de febrero pasado por orden del juez Rodolfo Canicoba Corral, se encuentra en un estado de parálisis en lo que hace a la defensa de los derechos de los afiliados.
La intervención, a cargo de la diputada nacional Gladys González, junto al hoy abogado defensor de la familia del empresario kirchnerista Lázaro Báez, Ignacio Viola, y el veedor del ministerio de Trabajo, José Alonso, tuvo una crisis a mitad de año por los manejos discrecionales de fondos, la mora en el pago de las cuentas de la entidad y falta de diálogo que en general caracterizó a la gestión.
A fines de agosto de 2016, Canicoba Corral, por pedido de la Cámara Federal, acotó el mandato de González a 180 días ordenando normalizar el gremio, algo que debería ocurrir en el mes de febrero. El 22 de diciembre, el tribunal de alzada, insistió para que se llevo a cabo el proceso de llamado a elecciones para elegir nuevas autoridades quede en manos de la junta electoral del propio sindicato. Una vez finalizada la intervención corresponde al secretario general adjunto, Mario Morato, asumir la conducción de la entidad, hasta la entrega a las nuevas autoridades surgidas del voto de los afiliados.
Las corrientes internas que disputarán la conducción del SOMU son tres: la “Juan Ocampo”, integrada por los ex subordinados de “Caballo” Suárez, muchos de los cuales detentan a la vez la condición de denunciantes e investigados por los mismos delitos de los que se acusa al ex secretario general; otro grupo es la “2 de abril”, compuesta por los que se mantienen leales a Suárez; y la “18 de Febrero”, una agrupación que al decir del resto de los competidores viene gozando de un trato preferencial por parte de la actual intervención y que es la que más colaboradora se ha mostrado con la gestión de Gladys González.
En los últimos días se dio a conocer la noticia de una casi segura designación de Gladys González al frente de la ACUMAR (entidad encargada de la limpieza del Riachuelo). “Si acepta este nuevo cargo sin renunciar o a la banca o a la intervención, tendríamos a la primera funcionaria pública ejerciendo en los tres poderes del estado al mismo tiempo”, indican sorprendidos los letrados del SOMU.
(Fuente: Será Justicia).