El equipo de Hans-Dieter Flick derrotó 3-2 al Real Madrid y se consagró campeón de la Copa del Rey.
Luego de una previa llena de polémica y un partido apasionante, el Barcelona derrotó 3-2 al Real Madrid y mantuvo su título como el máximo campeón de la Copa del Rey.
El Barcelona fue claramente el protagonista y mostró una mayor actitud durante todo el primer tiempo. El autor del primer gol fue Pedri (28’), quien selló la superioridad del equipo catalán durante la primera mitad.
Mbappé, quien ingresó al minuto 46 del segundo tiempo, empató el marcador con un golazo de tiro libre al minuto 70’. Con un Barcelona golpeado anímicamente, el equipo madrileño aprovechó el momento y, tras un córner, Tchouaméni puso el 2-1 en el 77’. Sin embargo, el vibrante segundo tiempo no terminó ahí, ya que Ferrán Torres logró quedar mano a mano con Courtois y empatar el partido 2-2.
El final del encuentro también estuvo marcado por la polémica. Raphinha intentó inventar un penal y simulo una caída dentro del área chica, lo que llevó al árbitro a sancionar penal. Sin embargo, el VAR intervino, anuló la decisión y Raphinha terminó con una tarjeta amarilla. Es importante recordar que el Real Madrid había advertido previamente sobre la falta de experiencia del árbitro,, algo que quedó reflejado en un partido que lo desbordaba en momentos. Ricardo de Burgos Bengoetxea, había declarado en una conferencia de prensa que recibió amenazas de hinchas del Real Madrid y agresiones a su hijo en el colegio.
El tiempo extra encontró a ambos equipos muy desgastados físicamente, pero en la última jugada del partido, la viveza y la velocidad de Koundé le permitieron recuperar una pelota en el centro del campo y sentenciar el encuentro con un golazo histórico al minuto 115’.
De esta forma, el Barcelona se consagró campeón de la Copa del Rey. El final del partido estuvo marcado por el enojo de los jugadores del Real Madrid, quienes se dirigieron directamente al árbitro. En especial, Rüdiger, quien desde el banco de suplentes perdió el control después del último gol del Barcelona, arrojó un hielo al árbitro y fue expulsado de inmediato.
