Tras una campaña que se caracterizó por estar fuertemente polarizada, millones de estadounidenses eligen a su presidente N° 46 en medio de un clima tenso por posibles disturbios.
Después de una campaña fuertemente polarizada, millones de estadounidenses se preparar para acudir hoy a las urnas para elegir al 46º presidente de Estados Unidos entre el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, quien aparece como favorito en la totalidad de las encuestas.
Según el promedio de encuestas de RealClearPolitics, el candidato Biden va adelante a nivel nacional por 6, 8% y la ventaja sobre el actual jefe de Estado se reduce a apenas 2,7% en los estados clave, lo que indica que la elección será muy ajustada y el minuto a minuto será al rojo vivo.
Según los cómputos hasta hoy, más de 90 millones de norteamericanos ya habían emitido su voto mediante el mecanismo de votación anticipada que, si bien siempre estuvo permitido, fue más utilizado este año debido al peligro de contagio que supone el Covid-19.
El clima que se vive en el país del norte es de tensión y de violencia. En los alrededores de la residencia de Trump en Washington, se pudo ver un grupo de decenas de simpatizantes del candidato demócrata Joe Biden y del movimiento BlackLivesMatter cantando y levantando pancartas contra el actual presidente.
Los negocios de la capital estadounidense se apuran para terminar de tapiar con maderas las vidrieras por temor a saqueos y violencia que se esperan según análisis de inteligencia.
Hacia marzo de este año, casi todos los analistas daban por sentado que Trump sería reelecto este año debido a los buenos resultados que el magnate de Nueva York había conseguido en materia económica.
A través de una política de sustitución de importaciones y tras haber detenido en forma parcial el comercio con China y otras economías asiáticas, el mandatario había logrado reducir la desocupación -sobre todo en el cordón industrial, que venía golpeado hace varios años- con una economía creciendo a una tasa importante.
Sin embargo, desde marzo, cuando estallaron los contagios de Covid-19, Estados Unidos rápidamente entró en una crisis sin predecendentes tanto en materia económica como sanitaria. No sólo murieron 230 mil personas por la enfermedad que Trump definió como «chinavirus», sino que además se perdieron más de 25 millones de puestos de trabajo que todavía no se recuperaron.
Ante ese escenario, la confianza en el actual mandatario cayó fuertemente junto a sus chances electorales posicionando a Biden como el posible candidato a vencer a pesar de ser considerado «aburrido» para gran parte del electorado.