El embajador alemán en Buenos Aires acusó de “cínico” al de Rusia por la invasión a Ucrania.
Un mensaje del embajador ruso Dmitry Feoktistov fue el disparador de este cruce. Se dió cuando quiso explicar la posición de su país respecto del ataque de las tropas de Vladimir Putin a Ucrania.
El texto de Feoktistov comienza diciendo: “Las acciones de Rusia son legítimas. La operación se lleva a cabo de conformidad con el artículo 51 de la Carta de la ONU, fue sancionada por el Parlamento de la Federación de Rusia en base al pedido oficial de las autoridades de las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk”.
“Rusia no lucha contra los civiles. El Ejército ruso solo ataca las instalaciones militares y la infraestructura militar con armas de precisión, haciendo todo lo posible para evitar víctimas civiles”, asegura el diplomático del gobierno de Putin en el diario La Nación.
En esa línea, el embajador ruso continúa: “Durante más de 136 años nuestros países mantienen relaciones de sincera amistad y cooperación que alcanzaron el nivel de la Asociación Estratégica Integral. Esperamos que a pesar de la fuerte presión ejercida sobre la Argentina por los enemigos y los que desean mal a Rusia, el gobierno y los ciudadanos puedan escuchar y comprender los argumentos de la parte rusa, evaluar la lógica de nuestros pasos para proteger a los civiles en Donbass y garantizar la seguridad nacional de Rusia de las acciones hostiles de la OTAN”.
Estas declaraciones generaron un enojo inmediato del embajador alemán, Ulrich Sante: “Lo siento, pero no podemos permanecer en silencio en esto, es demasiado cínico. Lo que está haciendo Rusia es masacrar a niños, mujeres y hombres inocentes para su propio beneficio”.
“Definitivamente no es ‘luchar contra el nazismo’. Quien crea eso debería avergonzarse”, sentenció el diplomático germano a través de un mensaje que posteó en su cuenta de Twitter.
Mientras tanto, en Ucrania, a 13.339 kilómetros de distancia de la Argentina, las tropas rusas continúan con su ofensiva: ya van 12 días de la invasión que Putin definió como una “operación militar especial”.