«Estamos presenciando una intensificación del aparato represivo del Estado», expresó la presidenta de la misión que llegó a Venezuela en 2019.
En las últimas horas se dio a conocer un informe de la la Misión de Determinación de Hechos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) acerca de las violaciones en los DDHH en Venezuela luego de las elecciones presidenciales celebradas en julio de este año. Según reportaron se intensificaron las detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas, y tratos crueles a opositores.
“Estamos presenciando una intensificación del aparato represivo del Estado en respuesta a lo que percibe como críticas, oposición o disidencia”, dijo Marta Valiñas, presidenta de la Misión de Determinación de los Hechos, citada en un comunicado de prensa.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas estableció la misión de investigación sobre Venezuela en 2019, cuyo mandato se extendió hasta septiembre de este año. Los tres integrantes son Patricia Tappatá, experta argentina, Marta Valiñas, presidenta de la Misión, y Francisco Cox, experto chileno.
Después de las elecciones, donde Maduro se autoproclamó presidente sin brindar los datos del CNE, se registraron protestas en las que hubo 25 fallecidos, según organizaciones no gubernamentales y 2400 detenidos, de acuerdo con voceros oficiales.
Además, la Misión obtuvo información sobre la detención de 158 menores (130 niños y 28 niñas) después de las protestas, que fueron acusados de graves delitos como terrorismo. Según la información recibida, algunos tienen discapacidades– y algunas niñas que fueron sometidas a “vejaciones sexuales durante su presidio”.
“La protesta contra los resultados electorales anunciados por las autoridades y la respuesta represiva del Estado marcaron un nuevo hito en el deterioro del Estado de derecho. Los principales poderes públicos abandonaron toda apariencia de independencia y se sometieron abiertamente al Ejecutivo”, dijo la misión independiente de Naciones Unidas.
El informe señaló que la “represión” a las manifestaciones ha generado “un clima de miedo generalizado en la población” y además forma parte de una política para “silenciar, desalentar y anular la oposición”.
Además, se intensificaron las detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, torturas, y tratos crueles, inhumanos o degradantes, incluyendo violencia sexual y de género.
“Los métodos de tortura utilizados en los casos investigados incluyeron puñetazos; golpes con planchas de madera o con bates envueltos en espuma, y descargas eléctricas, incluidos en los genitales. Otros métodos registrados fueron la asfixia con bolsas de plástico, inmersión en agua fría y privación de sueño a través de iluminación y/o música con volumen alto las 24 horas del día”, leyó Patricia Tappatá, una de las integrantes de la Misión.Una